Villarruel se desmarca de los aumentos en las dietas del Senado en medio de la polémica

La presidenta del Senado, Victoria Villarruel, negó responsabilidad en el reciente aumento de las dietas de los legisladores de la Cámara Alta. Su declaración llega luego de las críticas del presidente Javier Milei, quien elogió las medidas de austeridad en Diputados, lideradas por Martín Menem, mientras cuestionaba los incrementos salariales del Senado. “Para terminar con los comentarios ignorantes, no cobro aguinaldo y mi sueldo está congelado desde el año pasado. No soy senadora, por lo que no decido sobre sus elecciones en el recinto”, afirmó Villarruel en un mensaje en X. Con ironía, agregó: “Feliz Navidad y que el 2025 te encuentre con más sabiduría que este que se va”.

La controversia estalló tras conocerse que las dietas de los senadores alcanzarán los $9,5 millones este mes, resultado de la “dieta trece” aprobada en abril pasado. Este aumento, que supera el 400%, llevó los salarios de $1,9 millones a $7,8 millones en bruto. Milei no ocultó su descontento: “No como la mierda de los senadores que levantan la manito y se suben la dieta. Se inventan el aguinaldo. Se subieron dos veces la dieta”, criticó. También señaló su frustración hacia Villarruel, acusándola de inacción. “Dice que no puede hacer nada. No sé, Martín hace, recortó un montón de privilegios”, apuntó el mandatario.

El trasfondo del conflicto radica en una resolución que, desde enero, congeló las dietas en 2.500 módulos, el sistema utilizado para determinar los salarios en el Congreso. Aunque el valor de los módulos aumentó durante 2024 debido a las paritarias, las dietas de los senadores permanecieron congeladas. Sin embargo, con la inminente expiración de la medida el 31 de diciembre, las dietas podrían actualizarse automáticamente según el nuevo valor de los módulos, generando un aumento significativo. Según los datos publicados por el Senado, el sueldo actual, que incluye dieta, gastos de representación y desarraigo, asciende a $7.093.510 netos.

La polémica evidencia una creciente tensión entre el Ejecutivo y la Cámara Alta, mientras el debate sobre los privilegios de los legisladores continúa en el centro de la agenda política.