El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que Rodrigo Valdés, quien supervisaba las negociaciones con Argentina, delegó por completo su responsabilidad en las discusiones del programa económico con el país. El economista chileno había sido duramente cuestionado por el gobierno de Javier Milei, que lo acusaba de “tener mala intención manifiesta” y de obstaculizar el acceso de Argentina a un desembolso adicional de 10.000 millones de dólares del organismo.
Julie Kozack, directora de Comunicaciones del FMI, informó en una conferencia de prensa en Washington que la supervisión de las negociaciones quedará en manos de Luis Cubeddu, subdirector del departamento del Hemisferio Occidental, y Ashvin Ahuja, jefe de la misión en Argentina. Kozack explicó que esta delegación busca “apoyar la interacción constructiva con las autoridades argentinas”, y que ambos funcionarios reportarán directamente a la número dos del FMI, Gita Gopinath, y a la directora gerente, Kristalina Georgieva.
El apartamiento de Valdés es visto como una victoria para el gobierno de Milei, que lo había señalado como responsable de bloquear avances en las negociaciones con el FMI. Según fuentes del gobierno, Valdés, quien asumió su cargo en mayo de 2022, “trató de impedir el desembolso adicional” al no reconocer el cumplimiento de las metas por parte de Argentina. El presidente Milei había manifestado en varias ocasiones que Valdés actuaba con sesgo ideológico, tachándolo de “izquierdista” y vinculándolo al Foro de San Pablo, un grupo que cuestiona las políticas neoliberales. En una entrevista reciente, Milei fue contundente: “Rodrigo Valdés tiene mala intención manifiesta. No quiere que le vaya bien a Argentina. Él tiene otra agenda”, expresó el mandatario.
El FMI busca seguir avanzando en las negociaciones
A pesar de la salida de Valdés, la continuidad de las negociaciones entre Argentina y el FMI sigue siendo incierta. Aunque el gobierno de Milei ha mostrado disposición para ajustar las cuentas fiscales y reducir el gasto público, el directorio del FMI sigue siendo cauteloso ante los antecedentes de incumplimientos por parte de diversos gobiernos argentinos. El organismo, que aún observa con recelo el impacto del “Plan Platita” implementado por Sergio Massa, no ha garantizado que las conversaciones sean más fluidas o que se libere rápidamente el financiamiento que Argentina solicita.
Sin embargo, el FMI destacó algunos avances. Según Kozack, “la discusión del programa ha dado lugar a una reducción considerable de la inflación y hay señales de una recuperación incipiente de la actividad económica y de los salarios reales”. Esto sugiere que el organismo reconoce ciertos logros del gobierno actual en materia económica, aunque persisten las dudas sobre la viabilidad de sostener un ajuste fiscal sin perjudicar a los sectores más vulnerables.
En cuanto a la reforma jubilatoria, uno de los puntos de tensión en las últimas semanas, el FMI subrayó la importancia de cumplir con los objetivos fiscales. Kozack señaló: “Estamos de acuerdo con los objetivos del Gobierno: la sostenibilidad del sistema de pensiones y, al mismo tiempo, proteger el valor real de las pensiones, especialmente para los jubilados de bajos ingresos”.
Un camino todavía incierto
A pesar de los esfuerzos del gobierno argentino para mostrar su compromiso con las reformas y el ajuste fiscal, la salida de Rodrigo Valdés no garantiza un camino despejado para las negociaciones con el FMI. La presión sobre el país sigue siendo alta, dado que es el miembro con mayor deuda dentro del organismo, lo que limita la flexibilidad del Fondo para otorgar nuevos desembolsos.
Por el momento, las conversaciones técnicas continúan, con la novena revisión del programa en curso. El gobierno de Milei busca destrabar los fondos necesarios para estabilizar la economía, mientras el FMI sigue analizando los resultados de las políticas aplicadas y la capacidad del país para cumplir con las exigentes metas fiscales.