En una entrevista exclusiva con Clarín, Miguel Angel Toma, reconocido ex titular de la SIDE y experto en seguridad e inteligencia, desató una serie de revelaciones que arrojan nueva luz sobre uno de los capítulos más oscuros de la historia argentina reciente: el atentado a la AMIA. Toma, quien jugó un papel crucial en la investigación del ataque terrorista de 1994, reveló detalles impactantes sobre las presiones políticas que, según él, ejerció la ex presidenta Cristina Kirchner para desviar la atención de la investigación.
Según Toma, Cristina Kirchner, a través de su entonces colaborador Carlos Zannini, habría presionado al fiscal Alberto Nisman para que abandonara la línea de investigación que apuntaba hacia Irán como responsable intelectual del atentado contra la AMIA. En lugar de seguir esa pista, se le habría instado a enfocarse en una teoría alternativa que implicaba a Siria. Esta presunta manipulación política habría sido parte de un intento más amplio de realineamiento geopolítico de Argentina con Irán y Venezuela en América Latina, algo que culminó en la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán en 2013.
Toma, quien fue responsable del informe secreto de la SIDE que incriminaba a Irán como un “estado terrorista” en relación con el atentado, subrayó la importancia estratégica de mantener una inteligencia robusta y profesional. Crítico con la gestión actual de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), sucesora de la SIDE, Toma denunció el “amateurismo y falta de profesionalismo” en la actual administración, liderada por Javier Milei, presidente de Libertad Avanza.
El ex funcionario también se refirió a la desclasificación reciente del informe de la SIDE entregado en 2003 al juez Juan José Galeano, un documento que fue crucial para la acusación contra Irán en la causa AMIA. Este informe, según Toma, no solo proporcionaba pruebas contundentes del papel de Irán en el atentado, sino que también establecía vínculos claros con la Guardia Revolucionaria y Hezbollah.
Durante la entrevista, Toma explicó cómo gestionó la SIDE durante su mandato, interviniendo en la disolución de la llamada Sala Patria y dando soporte al director de Operaciones Antonio Stiuso en la investigación de la AMIA. Según él, la intervención de la inteligencia en ese momento fue crucial para avanzar en la causa y conectar los puntos que señalaban hacia Irán y Hezbollah como responsables del ataque.
Además, Toma destacó la importancia de la colaboración internacional en la investigación, mencionando reuniones cruciales con la CIA y el Mossad para compartir información y validar hallazgos. Esta cooperación internacional, según él, fue fundamental para comprender la red de inteligencia de Irán y la ejecución de operaciones terroristas a nivel global.
Respecto a los desafíos actuales, Toma opinó que Argentina necesita urgentemente actualizar su legislación en materia de terrorismo y fortalecer su capacidad de inteligencia para hacer frente a amenazas emergentes, incluidas las relacionadas con organizaciones como Hezbollah en la Triple Frontera.
En resumen, las declaraciones de Miguel Angel Toma ofrecen una mirada penetrante y crítica sobre la gestión de la inteligencia argentina en relación con el atentado a la AMIA. Sus revelaciones no solo cuestionan las decisiones políticas que afectaron la investigación, sino que también subrayan la necesidad de un enfoque profesional y comprometido con la verdad en estos asuntos sensibles de seguridad nacional.