Preocupación en el agro: se inicia la siembra en un contexto de costos altos y precios inciertos

En un escenario de costos en alza y precios internacionales más bajos, los productores agrícolas en Argentina han iniciado la siembra de maíz y se preparan para la implantación de soja. Según los expertos, el clima, los precios y los costos serán nuevamente las variables determinantes para el éxito de la campaña agrícola. David Miazzo, economista especializado en el sector, resumió la situación: “En todas las campañas agrícolas las claves son el clima, el precio y los costos, porque el clima determina las cantidades y la relación precio-costos determina la rentabilidad”.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) proyecta que se sembrarán 28,25 millones de hectáreas en la campaña actual. De este total, la soja ocupará 19 millones de hectáreas, seguida por el maíz con 6,3 millones, el girasol con 1,9 millones y el sorgo con 1 millón. Esto implica un aumento interanual del 9,8% para la soja y del 5,4% para el girasol y el sorgo, aunque el área destinada al maíz sufrirá un retroceso del 20,3%. En términos de producción, se estima que habrá 52 millones de toneladas de soja, 4 millones de girasol y 3,3 millones de sorgo, con incrementos de 3%, 11% y 10%, respectivamente. No obstante, la producción de maíz bajaría un 5,1%, alcanzando 47 millones de toneladas, afectada por la menor superficie cultivada.

El clima también se presenta como un desafío importante para los productores. Modelos climáticos indican la llegada de un evento La Niña débil o un año Neutro, lo que podría traducirse en precipitaciones por debajo de lo habitual, especialmente en la zona central de Argentina. Alfredo Elorriaga, climatólogo, señaló que “el mayor impacto de La Niña se daría entre noviembre y febrero”, aunque la buena noticia es que el evento sería de menor intensidad y corta duración. “En abril ya estaríamos en neutralidad”, aseguró el especialista. La sequía, ya presente en diversas regiones, está afectando el desarrollo de cultivos de trigo y cebada, así como la siembra temprana de maíz.

A pesar de estas complicaciones, los arrendamientos de campos agrícolas no han registrado grandes variaciones respecto al año anterior. En la zona núcleo, los alquileres se pactaron a 18 quintales de soja en promedio, con picos de hasta 19 quintales, mientras que en otras regiones el promedio fue de 14 a 15 quintales. Abel Real, presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), explicó que “hay mucha demanda para alquilar y no hay tantos campos. El inquilino que está dentro de ese campo no lo quiere dejar porque sabe que hay mucha gente que quiere entrar”. Además, Real destacó que el campo es “una fábrica a cielo abierto”, aludiendo a la imprevisibilidad del negocio debido a las políticas agropecuarias y las condiciones climáticas.

En cuanto a los precios de los granos, si bien la soja ha repuntado recientemente, cerrando en US$ 370 la semana pasada tras haber alcanzado un máximo de US$ 391, las expectativas a mediano y largo plazo no son alentadoras. Los analistas atribuyen esta tendencia a las cosechas récord proyectadas en Estados Unidos y Brasil. “Es difícil que los precios suban de forma importante y se estabilicen como en años anteriores”, advirtió Miazzo, mencionando que la buena producción global y los stocks actuales limitan las posibilidades de un aumento significativo.