Abril comenzó con un nuevo ajuste en los precios de los combustibles, sumando presión a una inflación que ya se perfila en alza para este mes. Desde la medianoche del martes 1°, YPF aplicó un incremento promedio del 1,7% en los valores de la nafta y el gasoil a nivel nacional. Aunque se trata de una suba levemente menor que la de marzo (que fue del 1,9%), el impacto en los bolsillos de los consumidores se siente con fuerza, en un contexto en el que también aumentan tarifas de servicios públicos, transporte, colegios privados y medicina prepaga.
Según fuentes cercanas a la petrolera estatal, el aumento está “en línea con los últimos aumentos, que estuvieron en promedio por debajo del 2%”. No obstante, este tipo de ajustes generan un efecto en cadena: como es habitual, se espera que las demás compañías del sector repliquen en las próximas horas el incremento iniciado por YPF. El ajuste responde a la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono dispuesta por el Gobierno nacional, a lo que se suma un ajuste propio de la petrolera.
Con la nueva suba, el litro de nafta súper en la Ciudad de Buenos Aires se ubica en torno a los $1.173, mientras que la nafta premium cuesta $1.449. En tanto, el gasoil común pasó a valer $1.188 por litro, y el gasoil premium se vende a $1.448. Tras la suba de marzo, la Argentina se posicionó como el tercer país con la nafta más cara de América del Sur, sólo superada por Uruguay y Chile. Según datos de la plataforma Global Petrol Prices, el litro de nafta en el país ronda los US$ 1,26, frente a los US$ 1,85 de Uruguay y los US$ 1,37 de Chile, ambos países altamente dependientes de la importación de combustibles.
Los aumentos de abril se suman a una larga lista de subas programadas, lo que complica aún más la meta oficial de reducir la inflación mensual al 1%. Economistas y consultoras privadas estiman que el índice de precios de marzo cerrará entre el 2,5% y el 2,9%, por encima del 2,4% registrado en febrero. “Con incrementos en servicios esenciales, transporte y combustibles, será muy difícil que la inflación se desacelere al ritmo que pretende el Gobierno”, sostienen desde el sector privado. Así, la carrera entre precios y salarios vuelve a encender señales de alerta en el inicio del segundo trimestre del año.
