Javier Milei saludó este domingo la renuncia de José Luis Espert a su candidatura a diputado, calificándola como un “gesto noble” en medio de la crisis desencadenada por su vinculación con el empresario Fred Machado —investigado por narcotráfico—, y la transferencia de 200.000 dólares. En una entrevista concedida a La Nación+, el presidente sostuvo que, aunque nunca hubiera decidido expulsarlo de su espacio, finalmente permitió su salida por pragmatismo de La Libertad Avanza. «En lugar de discutir las cosas de acá para adelante, se están discutiendo si estamos manchados o no», admitió Milei, en un claro llamado a dejar atrás el escándalo.
El mandatario no dudó en atribuir la acusación al kirchnerismo y lo calificó de “venganza”: «Desde febrero o marzo están tirando con todo lo que hay, recrudecido, porque la condenada está presa», dijo en referencia a la ex presidenta Cristina Kirchner. Además, sugirió que su persecución política se intensificó por haber sido «el primer presidente en meter presa a Cristina». Sin embargo, al mismo tiempo aseguró que «no se mete en la Justicia» y que no pretende presionarla para buscar una condena.
Con la renuncia confirmada, Milei afirmó que el nuevo cabeza de lista de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires será Diego “Colo” Santilli, y lanzó un llamado para dejar de mirar al pasado: «basta de hablar del pasado». Según explicó, la decisión de aceptar la dimisión de Espert no fue por falta de lealtad, sino por necesidad política. Defendió a su ex compañero como «una persona honesta, no está acostumbrada a ese barro», y alegó que «(a Machado) se lo presentaron personas honorables», sin ahondar en quiénes fueron esos intermediarios.
Durante la charla con los periodistas, Milei no se guardó críticas: arremetió contra quienes informaron sobre el caso, acusándolos de no ser íntegros. «Algunos periodistas no son honorables y hacen enchastre», afirmó con dureza. También se quejó de una «doble vara» en el tratamiento de la corrupción, comparando la denuncia contra Espert con los escándalos que afectan al kirchnerismo: «Están más sucios con una papa», disparó. Eso no le impidió reafirmar su respaldo a Espert: «No dudo de su honorabilidad, antepuso los intereses de la libertad», y lo llamó por su apodo, «El Profe».
Milei aprovechó para ensayar una autocrítica moderada: reconoció que «claro que tuvimos errores», pero defendió que su gobierno es el «más reformista de la historia», aludiendo a las cerca de 9.000 desregulaciones impulsadas por su administración. También se mostró pragmático en la gestión: «cuando vemos que algo está mal, lo corregimos». En esa línea, anunció su intención de tejer un nuevo pacto de gobernabilidad con Mauricio Macri y gobernadores provinciales no kirchneristas, entre los que incluyó a los integrantes de “Provincias Unidas”.
Sobre sus recientes encuentros con Macri, Milei reveló que en la primera reunión hubo «media hora de diferencias», pero que lograron superarlas. En la segunda cita, a la que sumó a su hermana, empezaron a «hablar de acá para adelante». Según él, Macri ya le hizo sugerencias para mejorar el funcionamiento del futuro gobierno, y no descartó que el macrismo participe en el nuevo gabinete que podría conformarse a partir del 10 de diciembre.
El presidente buscó calmar la turbulencia interna generada por la salida de Espert justo antes del evento que tiene previsto para este lunes por la tarde en el Movistar Arena, donde presentará su libro La Construcción del Milagro. Allí, Milei cantará junto a “La Banda Presidencial” y pronunciará un discurso alrededor de las 20. A diferencia de su presentación anterior, esta vez Espert no participará como moderador del diálogo, lo que refleja el distanciamiento tras el escándalo.
Milei también descartó que exista una grieta grave con su hermana: «¿Cómo podría tener un vínculo alguien que está peleada con mi hermana?», cuestionó, aunque admitió que «puede haber gente que tenga una opinión distinta». Además, anticipó sus próximos actos de campaña antes de viajar a Estados Unidos para reunirse con Donald Trump: el martes 7 encabezará un acto en Mar del Plata junto a Santilli, y el viernes 10 viajará a Mendoza acompañado por Luis Petri. Con estas definiciones, el presidente busca cerrar filas por un lado, y proyectar la unidad política por otro, en medio de un momento sensible para su liderazgo.
