Máximo Kirchner reaparece en La Plata: fuertes críticas internas y cuestionamientos a Milei

En medio de una creciente tensión dentro del peronismo bonaerense, Máximo Kirchner encabezó un acto en el Club Atenas de La Plata, con la marcada ausencia del gobernador Axel Kicillof y la presencia predominante de militantes de La Cámpora. En su discurso, que duró más de 70 minutos, Kirchner criticó al gobierno de Javier Milei y a dirigentes de su propio espacio, señalando las divisiones internas y la falta de valentía de algunos referentes peronistas. “Es imposible que los argentinos de bien acompañen un saqueo”, declaró, refiriéndose al actual presidente, aunque gran parte de su mensaje estuvo dirigido a los conflictos dentro del peronismo.

En su intervención, el líder de La Cámpora hizo un repaso de los momentos más relevantes del kirchnerismo y apuntó contra figuras como el exministro de Economía Martín Guzmán, el expresidente Alberto Fernández y el exgobernador Daniel Scioli. “Basta de Sciolis”, exclamó en varias ocasiones, señalando a aquellos que, según él, no se la juegan por el movimiento. También hizo referencia a las críticas que ha recibido su madre, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y defendió su rol en el armado político del país. “Hay muchos adentro que no se la aguantan a ella porque no tiene miedo”, aseguró, subrayando la valentía de su madre frente a los desafíos políticos actuales.

Uno de los momentos más tensos del discurso fue cuando Kirchner abordó las críticas al “dedo de Cristina” en la selección de candidaturas. “Ahora dicen ‘che, el dedo de Cristina’. Y yo me pregunto, si los que fueron elegidos se quejan, ¿qué nos queda a los que no fuimos señalados por ese dedo?”, ironizó. Su mensaje fue claro: los que no se comprometen con la militancia son los responsables de los fracasos del peronismo. A lo largo de su discurso, Kirchner hizo múltiples llamados a la autocrítica, pidiendo a los sectores peronistas que reflexionen sobre sus decisiones y no se escuden en la figura de Cristina. “Boludo y traidor nunca lo fui ni lo voy a ser”, afirmó enfáticamente, diferenciándose de aquellos que, según él, han traicionado los principios del movimiento.

El acto en La Plata se produjo en un contexto de creciente rivalidad entre los sectores del kirchnerismo y otros dirigentes del peronismo bonaerense, con la mira puesta en las próximas elecciones. La relación entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, ha mostrado signos de desgaste en los últimos meses, con tensiones que se reflejan en el armado de candidaturas. Kirchner, como presidente del Partido Justicialista bonaerense, ha tenido un rol central en la definición de las listas, lo que ha generado roces con algunos intendentes y dirigentes. En ese sentido, el líder de La Cámpora destacó la importancia de construir desde las bases, dejando en claro que el “acuerdo por arriba ya fue y salió mal”.