En los últimos doce meses, el Estado nacional destinó alrededor de $7,8 billones en subsidios para la energía, el transporte público y el agua, con el objetivo de que los usuarios no tuvieran que pagar el costo real de esos servicios. Esta cifra representa una caída del 50% en términos reales con respecto al período anterior, según un informe elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet.
La comparación se vuelve aún más contundente si se considera un horizonte temporal más amplio. En junio de 2022, los subsidios acumulados en doce meses alcanzaban la cifra récord de $28 billones, casi cuatro veces más que en la actualidad. Esta cifra fue el pico de los últimos años y reflejaba un atraso significativo en las tarifas de luz, gas, agua y transporte, en un contexto de inflación creciente. El informe detalla que “durante el 2025 los subsidios nominales sumaron $2,08 billones, que en moneda constante representan $2,2 billones”, lo que implica una reducción del 63% en comparación con los primeros seis meses de 2024. Esta caída se explica en gran parte por los aumentos de tarifas eléctricas y el fin del contrato de importación de gas con Bolivia.
El camino hacia esta reducción fue conflictivo. En medio de un déficit fiscal creciente financiado por emisión monetaria y una inflación mensual superior al 6%, el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, intentó impulsar un ajuste fiscal que incluía incrementos en las tarifas. Sin embargo, la falta de respaldo político, marcada por tensiones internas entre el presidente Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, frenó esos planes. Guzmán renunció en julio de 2022 tras conflictos con el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, quien se oponía a las subas tarifarias por instrucciones políticas. Tras breves períodos de gestión, fue Massa quien finalmente logró avanzar con aumentos en las tarifas de luz, gas, transporte y agua, en un intento por evitar una crisis económica aún más profunda. Según los expertos del IIEP, “gran parte del salto de la inflación a más del 100% anual se explica por los subsidios a usuarios que no los necesitaban.”
En términos fiscales, la asistencia del Tesoro para cubrir las tarifas representó el 4,8% de los gastos primarios acumulados hasta mayo, una reducción significativa frente al promedio del 10,2% registrado desde 2018. Se proyecta que durante 2025 los subsidios totalicen el 0,7% del Producto Interno Bruto (PIB), una cuarta parte del 2,6% que alcanzaron en 2022, y muy lejos del máximo histórico del 2,8% registrado en 2014. Finalmente, durante el invierno, el Gobierno decidió mantener el subsidio para todos los hogares, incluyendo los de ingresos altos, con el fin de evitar aumentos abruptos en las facturas y sostener la frágil dinámica de desinflación.