Estados Unidos presiona a Milei para cortar vínculos con China a cambio de respaldo financiero

En una semana marcada por movimientos diplomáticos intensos, la Casa Blanca reforzó su estrategia para aislar a China y apuntaló a la Argentina como uno de sus aliados clave en Sudamérica. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, visitó Buenos Aires con un mensaje claro para el gobierno de Javier Milei: poner fin a la dependencia del financiamiento chino a través del swap de monedas. “Esto es un cambio muy fuerte”, analizó Patricio Giusto, docente de la UCA y especialista en relaciones con China, al señalar que el tema del swap no había sido hasta ahora una línea roja en la disputa geopolítica entre ambas potencias.

Durante su paso por el país, Bessent dejó en claro que el respaldo estadounidense a la Argentina, que incluye el reciente préstamo del Fondo Monetario Internacional por 20.000 millones de dólares, está condicionado. “Le van a exigir que frene toda relación con China”, afirmó Sabino Vaca Narvaja, exembajador argentino en Beijing. En este sentido, la Casa Blanca ve en Milei un aliado fundamental para frenar el avance chino en América Latina, especialmente en un momento en que el swap con el gigante asiático representa una fuente clave de financiamiento externo. Sin embargo, Giusto advirtió que Estados Unidos “no ofrece una alternativa” a ese mecanismo, lo que limita las opciones del gobierno argentino.

La presión no se limita al plano económico. En Washington, se analiza el futuro ingreso de Argentina a la Ruta de la Seda, el ambicioso plan de infraestructura global impulsado por Beijing. Aunque el presidente Milei ha postergado su viaje a China y mantiene una postura moderada, desde el entorno diplomático chino ya hubo señales de molestia. La embajada en Buenos Aires calificó de “sabotaje” las recientes declaraciones de funcionarios norteamericanos. Por su parte, el enviado del Departamento de Estado, Mauricio Claver Carone, advirtió que el préstamo del FMI no debe utilizarse para saldar deudas con China, calificando al swap como una medida “extorsiva”.

En este contexto, el gobierno argentino intenta equilibrar sus intereses. Aunque Milei es considerado el mandatario más afín a Trump en el continente, aún no ha roto formalmente sus vínculos con China, país que sigue siendo el segundo socio comercial de Argentina y cuyo financiamiento ha sido clave para varias provincias. Mientras tanto, desde Estados Unidos se prepara una nueva ronda de negociaciones arancelarias con países aliados para mayo, con el objetivo de consolidar alianzas estratégicas que contrarresten la influencia china. La puja está lejos de resolverse, pero Milei deberá tomar decisiones que podrían redefinir el lugar de Argentina en el tablero global.