Empresas argentinas en alerta por nuevos aranceles de EE.UU. y presionan por un acuerdo comercial

La suba de aranceles dispuesta por el gobierno de Donald Trump encendió las alarmas en los principales sectores productivos de Argentina. La medida, que impone un 10% de gravamen a las exportaciones nacionales hacia Estados Unidos, afecta al 54% de los productos que el país envía a ese destino. Ante este panorama, tanto el gobierno como representantes del agro y la industria intensificaron las gestiones para atenuar el impacto económico. A pesar del reciente viaje a Miami del presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, que no logró una foto con Trump, el foco está puesto en avanzar en un acuerdo que permita reducir aranceles para una lista de 50 productos clave.

Desde la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) señalaron que “es el 10% para todo, ahora hay que pensar un acuerdo comercial que asegure la oferta exportable”. La preocupación fue transmitida durante una reunión encabezada por el canciller Gerardo Werthein, junto a la titular de COPAL, Carla Bonito, y el presidente del Consejo Agroindustrial Argentino, José Martins. En paralelo, el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, también abordó el tema en un encuentro con la Mesa de Enlace, dejando en claro que la ofensiva proteccionista de EE.UU. tendrá consecuencias inmediatas en las economías regionales y el comercio exterior.

Werthein se comprometió a revisar las trabas que Estados Unidos considera como obstáculos impuestos por Argentina. Entre ellas figuran aranceles, restricciones sanitarias y fitosanitarias, derechos de propiedad intelectual e impuestos que dificultan la entrada de productos estadounidenses al mercado local. “La lista la elaboró el Ministerio de Economía sobre la base de los bienes más exportados a Estados Unidos pero eso no significa que sean aceptados”, advirtió una fuente del sector agroexportador, al tiempo que explicó que Washington exige una pronta resolución de esos temas como condición para iniciar las negociaciones. De no avanzar, la discusión sobre los 50 productos quedaría estancada.

En la industria alimenticia esperan que el listado oficial contemple productos como carnes, lácteos, bebidas, panificados, golosinas, limón, jugo de limón, maní, pasta de maní, azúcar, conservas, aceite y harina de soja. Sin embargo, dentro de la Unión Industrial Argentina (UIA) advierten que el gobierno prioriza excluir de los aranceles al acero y el aluminio, sectores hoy afectados por un gravamen del 25% que representa una pérdida estimada en 600 millones de dólares anuales. Por otra parte, productos como el petróleo, oro y plata fueron exceptuados de la medida desde el inicio.

En cuanto al trasfondo político, la administración de Trump mantiene viejos reclamos comerciales contra Argentina. A modo de ejemplo, sostiene que “Argentina ha prohibido la importación de ganado vivo estadounidense desde 2002”, y también apunta al déficit comercial de EE.UU. de 233 millones de dólares en ese rubro. Mientras tanto, los efectos de la nueva guerra comercial ya se sienten a nivel local: la cotización del petróleo y la soja registró bajas, y el riesgo país volvió a escalar. Con un escenario incierto, las autoridades y los sectores exportadores trabajan a contrarreloj para lograr un entendimiento que limite las consecuencias de este nuevo frente externo.