El peronismo apuesta al desgaste oficialista y se mantiene en modo cautela sin grandes movimientos de campaña

Con una mezcla de confianza prudente y cautela estratégica, el peronismo transita los días previos a las elecciones legislativas de medio término sin intensificar su campaña pública. El escándalo que envuelve la renuncia de José Luis Espert, primer candidato de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, y sus vínculos con el empresario sospechado de actividades de narcotráfico Fred Machado, dominan la escena política y han reforzado, según voceros de Fuerza Patria, la percepción de un desgaste creciente del oficialismo. “Nosotros no estamos haciendo nada, ellos solitos se encargan de mantener el tema arriba”, celebró uno de los candidatos bonaerenses, aludiendo a la insistencia mediática y legal del Gobierno en reimprimir boletas. El costo estimado de esa decisión ronda los 12 millones de dólares.

En el peronismo existe consenso en que la irrupción de Diego Santilli como reemplazo de Espert no alterará significativamente el escenario. La discusión sobre quién integra la boleta y cómo aparecerá impresa la lista no sólo mantuvo vivo el escándalo, sino que también expuso desprolijidades operativas dentro de La Libertad Avanza. “El problema no es Espert o Santilli, el problema es Milei”, destacó un integrante del gabinete bonaerense, alineado con el gobernador Axel Kicillof. En esta línea, señalaron que la crisis económica, la creciente recesión y el endeudamiento familiar generan mayor impacto en el electorado que un cambio en el armado electoral de la fuerza gobernante. “Como dijimos que un tuit de Trump no le cambia en nada la vida a la gente, menos un cambio de nombres en la boleta”, explicó la misma fuente.

Del lado de Cristina Kirchner, el diagnóstico es similar. “Vamos a ganar la elección. Desde el 7 de septiembre no hubo nada que haya mejorado. El pan aumentó un 12%. No se trata del candidato o la candidata”, aseguró una referente cercana a la expresidenta, que cumple prisión domiciliaria en su departamento de San José. La campaña de Fuerza Patria, lejos de grandes movilizaciones, se concentra en intervenciones segmentadas, “corazón y pases cortos”, como sintetizó un integrante del equipo de campaña. La idea es “tener la pelota en la cancha de ellos y lucir los últimos días”, sin arriesgarse a imágenes o movilizaciones masivas que puedan alimentar la crítica mediática.

En paralelo, Kicillof mantiene un rol central en la estrategia territorial del peronismo bonaerense, con actos y recorridas en el conurbano profundo y puntos neurálgicos del interior. “Vamos a elegir entre un modelo de especulación financiera como quiere Milei y otro de mayor igualdad, derechos y justicia social”, sostuvo el gobernador este martes desde Avellaneda, donde visitó la cooperativa Cristal junto a Juan Grabois y al intendente Jorge Ferraresi.

Las expectativas en la estructura de Fuerza Patria giran en torno a consolidar una ventaja significativa en la Provincia de Buenos Aires que permita extender la performance a otras regiones y, eventualmente, alcanzar una victoria nacional. Sin embargo, persisten dudas sobre el impacto del nuevo sistema de boleta única de papel, que resta incidencia a los aparatos municipales, y la exclusión del padrón de más de un millón de votantes extranjeros, que en elecciones anteriores volcaron su mayoría hacia el peronismo. A pesar de esas incógnitas, en la fuerza prevalece el optimismo: incluso antes del escándalo que salpicó a Espert, ya consideraban posible un triunfo a nivel nacional. Esa certeza se consolidó con el correr de los días. “Hay que ver cómo lo cuentan”, advierte uno de los armadores al recordar que el peronismo sumará además votos de corrientes provinciales como el Frente Cívico en Santiago del Estero y espacios dispersos en provincias como Entre Ríos, Salta o Tierra del Fuego.

La noche del 26 de octubre tendrá para el peronismo su propio sistema de conteo —con un sitio de resultados nacionales y un contador de legisladores electos según los criterios internos—, ajeno al que publicará el Gobierno. A la vez, en Fuerza Patria apuestan a que un eventual auxilio financiero de Estados Unidos a la Casa Rosada no tendrá impacto real en la vida cotidiana. Para el peronismo, el verdadero voto en las urnas será el que refleje el “desgaste social” de las políticas económicas de Milei.