La próxima campaña agrícola para el maíz en Argentina promete un rebote en la superficie sembrada, aunque con cautela por las condiciones climáticas y los márgenes ajustados. Según el relevamiento de pre-campaña 2025/26 de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la superficie destinada a maíz alcanzaría 7,8 millones de hectáreas, lo que representa un incremento interanual del 9,6 % respecto al ciclo previo. “Aunque todavía queda 7,1 % por debajo de lo registrado en 2023/24, se trata de la segunda mayor área de la serie, confirmando que el maíz sigue siendo un cultivo estratégico en la rotación agrícola argentina”, destacó el informe.
El rebote se observa de manera dispar en distintas regiones productivas. En el NOA y NEA, productores que habían resignado maíz en la última campaña debido a la plaga de chicharrita vuelven a incluirlo en sus planes, desplazando soja y otros cultivos regionales. Sin embargo, la recuperación será gradual, dado que la siembra recién comienza en diciembre, cuando podría intensificarse la presencia de la plaga. En Córdoba, la mayor recuperación se da en el centro-norte provincial, donde lotes retornan al maíz tras un año de retroceso forzado, mientras que en el sur la decisión depende más de la comparación de márgenes con la soja de primera, ya que allí la plaga no tuvo un fuerte impacto. En la zona núcleo, los buenos perfiles de humedad impulsan siembras tempranas para reducir la exposición a la chicharrita. Por su parte, en el sur del área agrícola, los excesos hídricos dejaron menos espacio para el trigo y posicionan al maíz como alternativa junto al girasol, aunque los lotes en áreas bajas podrían quedar fuera de juego si las lluvias no ceden antes de septiembre.
El escenario climático plantea contrastes: “El inicio de la campaña encuentra a los productores con perfiles de suelo recargados gracias a un otoño más lluvioso de lo normal”, indicaron desde la Bolsa de Cereales. Las irrupciones polares de invierno ayudaron a controlar ciclos de plagas, pero los pronósticos marcan una distribución irregular de lluvias hacia la primavera y posibles excesos en el norte y déficit en el sudoeste bonaerense y sur de Cuyo durante el verano. Estas condiciones podrían tensionar el llenado de granos en los lotes tempranos.
En el plano internacional, la oferta de maíz se proyecta alta: Estados Unidos alcanzaría una producción récord de 425 millones de toneladas y Brasil consolidaría su tercera mejor campaña histórica con 131 millones de toneladas. Ucrania, por su parte, mostraría signos de recuperación con 32 millones de toneladas, aunque persisten riesgos climáticos y logísticos. Este contexto mantiene los stocks finales globales en 282,6 millones de toneladas, con una mayor oferta disponible pero sujeta a la volatilidad geopolítica.
En términos económicos, los precios futuros del maíz para abril de 2026 se ubican en 174 USD/t, apenas por encima del ciclo previo, mientras que los costos muestran bajas en combustibles, semillas y herbicidas, compensadas parcialmente por aumentos en fertilizantes. “Esto mejora la relación insumo-producto, pero los márgenes siguen siendo estrechos, lo que genera cautela en la adopción tecnológica y podría limitar parte del potencial de rendimiento”, explicaron desde el sector.