El Gobierno proyecta una fuerte entrada de dólares pese a los riesgos cambiarios

A pesar de las tensiones cambiarias y los desafíos para sostener el nuevo esquema de flotación administrada, el Gobierno se entusiasma con un posible “baño” de dólares en los próximos años. De acuerdo a proyecciones oficiales compartidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera el ingreso de capitales financieros por unos US$ 12.500 millones hasta 2026, cifra que se sumaría a las divisas provenientes de la inversión extranjera directa, financiamiento de organismos multilaterales y futuras emisiones en los mercados internacionales.

El Ejecutivo apuesta a que las inversiones de portafolio aumenten en US$ 10.000 millones en 2025 y en otros US$ 2.500 millones en 2026 respecto del nivel actual, una vez descontados los pagos de amortizaciones de deuda. Esta entrada de fondos especulativos se vería impulsada por la flexibilización de las condiciones para invertir en el mercado local: esta semana, el Banco Central permitió el ingreso de capitales bajo la condición de mantener las inversiones al menos seis meses. “El plazo mínimo de seis meses es para evitar movimientos de cortísimo plazo. Pero lo que apunta a esa norma es a fortalecer el ingreso de divisas en este momento”, explicó Pedro Martínez, economista de PxQ, quien agregó que “el diferencial por invertir en pesos y obtener una ganancia en dólares es muy tentador para un inversor en el exterior”.

El Gobierno apuesta a consolidar una nueva edición del carry trade, favorecido por la baja del dólar, la suba de tasas en pesos y los incentivos a inversiones locales. El objetivo es acercar el tipo de cambio al límite inferior de la banda de flotación, en torno a los $1.000, y contener así las expectativas de inflación en un año marcado por las elecciones legislativas. Sin embargo, el flujo de dólares financieros contrastaría con un desempeño más modesto de la economía real: según estimaciones oficiales y del FMI, la cuenta corriente pasaría de un superávit del 1% del PBI en 2024 a un déficit del 0,4% en 2025, producto de un deterioro en los términos de intercambio, mayor volumen de importaciones y una flexibilización del cepo que afectaría los ingresos por exportaciones.

“Lo relevante es que esperan una cuenta corriente negativa principalmente por déficit de servicios (donde entra turismo, por ejemplo) y pago de intereses que suman casi US$ 14.000 millones, de los cuales US$ 7.600 millones son del sector público”, señaló Francisco Ritorto, economista de ACM. A este cuadro se suman las “grandes necesidades” de financiamiento del Tesoro, que justifican el pedido de un nuevo programa con el FMI por US$ 20.000 millones para afrontar vencimientos de deuda entre 2025 y 2029, según reconocieron fuentes oficiales.

Pese al optimismo del equipo económico, algunos analistas advierten sobre riesgos latentes. “Este año, tanto por la flexibilización de la cuenta capital, la balanza de pagos, como por eventualmente alguna colocación anticipada de deuda del sector público, inclusive algún desembolso adicional de organismos internacionales, la meta de reservas puede cumplirse. Tenemos alguna duda sobre la evolución del tipo de cambio, la percepción de que se atrase o no y cómo eso puede impactar en un carry trade que estamos viendo hoy y eventualmente pueda darse vuelta”, sostuvo un economista de una consultora privada.

En tanto, Javier Casabal, analista de Adcap, consideró que las últimas medidas del Banco Central buscan más evitar crisis de salida que fomentar el ingreso masivo de divisas: “Esta medida directamente evita que entren ese tipo de capitales y por lo tanto evita el riesgo de que generen un problema al salir. Por eso, este tipo de inversores seguirán operando a través del CCL”, explicó. Finalmente, se estima que, a partir de 2025, Argentina volverá a colocar deuda en los mercados internacionales con spreads iniciales de entre 400 y 500 puntos básicos, con expectativas de obtener US$ 4.000 millones en 2025 y US$ 6.000 millones en 2026, según los cálculos del Fondo.