El Gobierno nacional formalizó este lunes 1° de septiembre un nuevo incremento en las tarifas de energía que impactará tanto en el servicio de gas como en el de electricidad. Las subas, que rondan el 2%, se aplican desde este mes y alcanzan a usuarios residenciales y no residenciales de todo el país, con especial incidencia en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). “Los aumentos quedaron establecidos por una serie de resoluciones del ENRE y ENARGAS”, confirmaron fuentes oficiales.
De acuerdo con las disposiciones publicadas en el Boletín Oficial, la actualización tarifaria implicará un incremento final del 1,96% en las facturas que los hogares y comercios recibirán en comparación con los valores de agosto. El ajuste responde a dos factores: una suba del 2,54% en el Costo Propio de Distribución (CPD), calculada en función de la evolución de los índices de precios mayoristas y minoristas que mide el Indec; y la aplicación de los nuevos precios estacionales de la energía mayorista, fijados por la Secretaría de Energía para septiembre y octubre.
En el caso del gas natural, los aumentos para los usuarios de Metrogas se establecieron mediante las resoluciones 632/2025 y 633/2025. “La medida contempla un ajuste en los márgenes de distribución y refleja los nuevos precios del gas establecidos por la Secretaría de Energía, calculados en función de los contratos firmados bajo el Plan Gas.Ar”, detallaron desde Enargas. El organismo regulador precisó además que los cuadros tarifarios corrigen errores detectados en disposiciones previas y readecuan los ingresos proyectados de las distribuidoras.
Un punto novedoso de la resolución es la implementación de un esquema de actualización mensual que reemplaza al ajuste semestral vigente hasta ahora. Según Enargas, este mecanismo “permitirá aplicar correcciones de manera continua” sobre la base de una fórmula definida por el regulador y consensuada con las empresas licenciatarias.
Los anexos técnicos que acompañan la normativa incluyen un detalle de los valores aplicables para cada categoría de usuario, con sus respectivos niveles de consumo, cargos fijos y variables. También se fijaron tarifas específicas para subdistribuidores y servicios adicionales, como reconexiones e inspecciones, que impactarán en casos puntuales.
El alcance de las subas dependerá de la segmentación socioeconómica vigente. Los hogares de mayores ingresos (Nivel 1) pagarán la tarifa plena, mientras que los de ingresos bajos (Nivel 2) y medios (Nivel 3) mantendrán los descuentos y topes de consumo establecidos previamente. De esta forma, el Gobierno intenta sostener el esquema de subsidios mientras avanza en una política de corrección gradual de tarifas que, según analistas, busca reducir el peso de los subsidios energéticos en las cuentas públicas.