El Gobierno de Kicillof rechaza la Boleta Única de Papel y plantea un escenario de coexistencia con el sistema tradicional

A pocos días de que el Congreso aprobara la implementación de la Boleta Única de Papel para las elecciones legislativas de 2025, el Gobierno bonaerense liderado por Axel Kicillof ha calificado esta medida de “innecesaria”. El ministro de Gobierno, Carlos Blanco, expresó este lunes su preocupación por el cambio histórico en el sistema de votación, enfatizando que se deja de lado el tradicional sistema de boleta partidaria, el cual, según su opinión, “era efectivo, aseguraba la transparencia y la alternancia de las fuerzas políticas”. Blanco cuestionó la decisión del Congreso, argumentando que “los argumentos son muy poco convincentes para llevar adelante un cambio en el sistema de votación”.

Blanco también criticó el proceso que llevó a la sanción de la ley, señalando que la Provincia no fue convocada para discutir el proyecto antes de su aprobación. En este contexto, anticipó que los votantes bonaerenses se encontrarán con un escenario en el que coexistan ambos sistemas de votación en las próximas elecciones, aunque no se ha definido aún cómo será esta convivencia. “Hoy el instrumento de votación en la Provincia de Buenos Aires es la boleta partidaria, no se va a poder acoplar la boleta nacional a la provincial; como mínimo se va a tener que votar con dos boletas en dos urnas”, explicó Blanco, destacando la complejidad que este cambio podría generar.

El ministro también esbozó las posibles opciones que se abrirían ante la implementación de la Boleta Única de Papel, que incluyen elecciones simultáneas en dos urnas distintas, elecciones concurrentes con dos boletas y sistemas de votación diferentes, desdoblamiento parcial o total. “Ese es el escenario que nos plantea este nuevo cambio”, afirmó, dejando claro que la transición hacia el nuevo sistema electoral podría resultar complicada para los ciudadanos.

La aprobación de la Boleta Única de Papel, que tuvo lugar el martes pasado con el apoyo de los bloques dialoguistas, marca una victoria legislativa para el Gobierno. La medida, que había sido propuesta en 2022 pero que permaneció estancada en el Senado bajo la gestión de Cristina Kirchner, finalmente logró 143 votos afirmativos frente a 87 negativos y 5 abstenciones. Sin embargo, el rechazo del kirchnerismo y la abstención de la izquierda reflejan un panorama político polarizado respecto a este cambio. La implementación del nuevo sistema electoral se vislumbra como un desafío tanto para el gobierno como para los votantes, quienes deberán adaptarse a las nuevas condiciones que se presentan para el ejercicio de su derecho al voto.