El futuro del ajuste fiscal: el Gobierno trabaja en sostener el superávit fiscal

El Gobierno de Javier Milei enfrenta un desafío crucial en 2025 para sostener el superávit fiscal luego del severo ajuste aplicado durante 2024. El gasto previsional, que representó el 25% de la reducción del gasto público este año, comienza a mostrar signos de agotamiento como herramienta de ajuste, especialmente con la caída de la inflación y la actualización de las jubilaciones a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Según estimaciones del IARAF, el haber mínimo, con bono incluido, cerraría el año con una caída del 6,7% en términos reales.

Actualmente, la jubilación mínima se ubica en $259.598,76, más un bono de $70.000, alcanzando un total de $329.598,76. Sin embargo, las proyecciones anticipan que los jubilados enfrentarán las fiestas con un ingreso real menor al del año pasado. Francisco Rittorto, economista de ACM, advirtió: “El margen para ajustar vía gasto es menor, y con la caída de la inflación y la fórmula de ajuste vigente en jubilaciones, es probable que el gasto se acelere el año entrante en este sentido. O el gobierno espera que la recuperación de la actividad resulte en un aumento significativo vía recaudación, o habrá que buscar alternativas para cumplir con el compromiso fiscal”.

El efecto de licuación de haberes que se observó a principios de 2024 comienza a disiparse. En noviembre, la jubilación mínima con bono tuvo una caída del 3% interanual en términos reales, mientras que el haber medio registró un incremento del 2,5%, según Marcelo Capello, del IERAL. A pesar de este contexto, el Gobierno optó por congelar el bono en $70.000 y vetar iniciativas del Congreso que buscaban recomponer haberes y aumentar el presupuesto para las universidades. Sin embargo, el gasto previsional con bono pasó de caer un 32% real en enero a solo un 1,1% real en noviembre, según el IARAF, lo que evidencia una moderación en el ajuste.

El titular del IARAF, Nadín Argañaraz, anticipó que esta tendencia podría revertirse en diciembre, con un posible incremento en términos reales. “Resulta importante proyectar lo que puede pasar con el gasto en jubilaciones durante el último bimestre del año, siendo la conclusión que el cambio real interanual va a cambiar de sentido. Es decir, que va a empezar a subir, en lugar de bajar”, sostuvo.

De cara al 2025, el Gobierno apunta a prorrogar el Presupuesto 2023, pero las expectativas oficiales prevén un crecimiento del 8,1% en la recaudación, compensando la pérdida de ingresos por la baja del impuesto PAIS y el alivio en Bienes Personales. Aun así, las jubilaciones no recuperarían el terreno perdido en 2024. Nicolás Gadano, economista de Empiria, explicó: “La fórmula aprobada por DNU va ajustando por inflación rezagada, que es bastante estable, entonces no hay aceleración o desaceleración que produzca un cambio en la variación real. La hipótesis más plausible es que el valor real ni se recupere ni pierda terreno”.

Finalmente, si la inflación continúa descendiendo en 2025, con una estimación anual del 48%, los haberes jubilatorios podrían mejorar un 15% en términos reales. No obstante, si el bono se mantiene fijo en $70.000, el ingreso anual real de los jubilados que perciben la mínima permanecería igual al de 2024. En este sentido, la consultora Vectorial advirtió que “el gasto previsional parece haber tocado un piso y no habría margen social para continuar ajustándose, aunque el Gobierno ha demostrado recientemente con el recorte a la provisión de medicamentos que aún tiene ideas para mantener un sendero decreciente en las erogaciones”.