EE.UU. analiza un préstamo de US$ 20.000 millones a Argentina y exige garantías antes de liberarlo

Los principales bancos de Estados Unidos, entre ellos JPMorgan Chase, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup, evalúan actualmente cómo estructurar un préstamo de US$ 20.000 millones destinado a Argentina, en el marco del plan de rescate impulsado por la administración de Donald Trump para apuntalar al presidente Javier Milei. Sin embargo, antes de liberar los fondos, las entidades financieras exigen garantías y avales que respalden la operación.

Según fuentes citadas por The Wall Street Journal, los bancos buscan garantías que podrían provenir de activos argentinos o del propio Tesoro norteamericano, con el objetivo de protegerse al prestar “a un país que arrastra un largo historial de crisis y defaults”. El paquete total de asistencia que diseña Washington asciende a US$ 40.000 millones: la mitad corresponde a un swap de monedas oficializado el lunes entre el Tesoro estadounidense y el Banco Central argentino, y la otra mitad a un crédito liderado por bancos privados. “Las conversaciones siguen en curso, y daremos más detalles cuando las negociaciones se completen”, señaló un portavoz del Tesoro de EE.UU.

Los bancos, sin embargo, se muestran cautelosos ante la fragilidad financiera de Argentina y esperan definiciones sobre quién garantizará el préstamo. “Sin esa certeza, el acuerdo podría no concretarse”, advirtió el diario estadounidense. En su análisis, el WSJ recordó que Argentina ha incumplido sus compromisos de deuda en tres ocasiones desde principios de siglo y acumula nueve defaults soberanos a lo largo de su historia. “A pesar de los numerosos programas de asistencia del FMI —más de veinte desde la década de 1950—, el país no ha logrado estabilizar su economía ni evitar recurrentes crisis cambiarias”, señaló.

El artículo también detalló el papel de Washington, que busca ofrecer a Milei una línea de apoyo financiero rápido sin pasar por el Congreso. “Los riesgos de esta operación son inusualmente elevados”, advirtió Brad Setser, exfuncionario del Tesoro durante la administración Obama. “Todo indica que una devaluación más profunda del peso no solo es probable, sino necesaria”, agregó. En lo que va del año, el peso acumula una caída del 30% frente al dólar y volvió a depreciarse este lunes, previo a las elecciones legislativas.

El movimiento financiero estadounidense también genera tensiones con el Fondo Monetario Internacional, principal acreedor de Argentina con más de US$ 60.000 millones adeudados. “En reuniones recientes en Washington, funcionarios del FMI manifestaron su preocupación de que la Casa Blanca busque dar prioridad al repago de la deuda con EE.UU. por sobre los compromisos con el Fondo”, indicó el diario. Por su parte, un vocero del FMI aseguró que el organismo “mantiene su compromiso de apoyar a Argentina en su esfuerzo por restaurar la estabilidad económica y acelerar el crecimiento, junto con las autoridades argentinas y el Tesoro de Estados Unidos”.

El swap con Argentina absorbería casi todos los recursos disponibles del Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro estadounidense, instrumento similar al utilizado en 1995 por Bill Clinton para rescatar a México tras la “crisis del tequila”. En aquel caso, los préstamos fueron garantizados con exportaciones de petróleo y luego devueltos en su totalidad. El Banco Central argentino confirmó un principio de acuerdo sobre los términos del swap, aunque sin brindar detalles. El anuncio provocó un respiro momentáneo para el peso, que horas después volvió a perder terreno frente al dólar.