El presidente Javier Milei encabezó este martes la presentación del nuevo Departamento Federal de Investigación (DFI), una unidad creada dentro de la Policía Federal Argentina (PFA) con el objetivo de investigar delitos complejos y crimen organizado. Inspirada en la estética y el modelo del FBI estadounidense, la DFI absorberá cerca del 80% de la estructura de la actual PFA y concentrará sus esfuerzos en tareas de inteligencia y operaciones encubiertas. Sin embargo, organismos de derechos humanos como el CELS y referentes de la oposición advirtieron que esta nueva fuerza podría convertirse en un mecanismo de vigilancia sin control judicial, afectando derechos fundamentales.
“Apuntará hacia una Policía de Investigación y no de comisarías”, explicaron desde el entorno de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El acto se realizó en el patio de prácticas del Cuerpo de la Policía Montada, en Palermo, con la presencia de figuras clave del gobierno, como Karina Milei, Guillermo Francos, y los ministros Luis Petri, Mario Lugones, y Mariano Cúneo Libarona, además de autoridades judiciales y legislativas. La puesta en escena incluyó vehículos identificados con la nueva sigla, efectivos de élite desplegados alrededor del predio y un escudo institucional que remite al emblema del FBI, con un halcón de alas desplegadas. Entre los asistentes, se destacó la participación de Rick Hernández, representante del FBI en Argentina.
La creación de la DFI fue formalizada a través del Decreto 383/2025, publicado en el Boletín Oficial, y representa un viejo anhelo de Bullrich que no pudo concretar durante la gestión de Mauricio Macri. El propio Milei criticó al PRO por haber dejado a la PFA “en un limbo”, en referencia al traspaso parcial de la fuerza a la órbita porteña. El Presidente aseguró que se invertirá en la formación de investigadores y en la compra de tecnología. “Vamos a capacitar en técnicas de investigación, en ciencia de computación”, dijo, y justificó la medida afirmando que “el Estado no puede tener menos capacidad que los narcos o los terroristas”.
Sin embargo, las críticas no tardaron en llegar. El CELS advirtió que la nueva normativa permitiría “realizar tareas de espionaje y detención sin orden judicial”, mientras que la ex diputada Myriam Bregman denunció que la DFI podría instaurar “un nuevo régimen ultra represivo”. A su juicio, “les da el poder de espiar e investigar sin orden judicial a estas fuerzas federales, las que plantan armas en manifestaciones, las que le arrancan los ojos a manifestantes y le tiran a la cabeza a periodistas”. Desde el oficialismo restaron importancia a estas objeciones y aseguraron que se trata de “críticas del kirchnerismo”.
Pese a los cuestionamientos sobre el alcance real de las atribuciones de la nueva fuerza y la falta de transparencia respecto al presupuesto que se destinará a su funcionamiento, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aseguró que los fondos provendrán del presupuesto nacional, aunque no precisó los montos. La DFI tendrá, entre sus funciones principales, la elaboración de un mapa de organizaciones criminales, la participación en allanamientos y la implementación de operaciones de inteligencia criminal. “Será una fuerza con estética y formación adecuada”, prometió Bullrich. La iniciativa, según Milei, busca “cuidar de nuestros hijos” y recuperar la capacidad del Estado para enfrentar al crimen con herramientas del siglo XXI.