Conflicto laboral en La Suipachense: despidos, acusaciones de violencia y caída en la producción

La láctea La Suipachense, propiedad del grupo venezolano Maralac desde 2012, despidió a nueve empleados tras acusarlos de participar en episodios de violencia y hostigamiento dentro de su planta ubicada en Suipacha. La medida se produjo en el marco de semanas de enfrentamiento con el gremio Atilra, que incluyeron amenazas a directivos, retención de gerentes y la toma de la administración de la empresa durante varios días.

Según la compañía, el conflicto escaló a fines de julio con situaciones que calificaron como “secuestro”, en las que los ejecutivos denunciaron que “fueron retenidos bajo presión dentro de la planta”. Posteriormente, acusaron que representantes sindicales se instalaron en las oficinas de la gerencia, impartiendo órdenes, solicitando información confidencial y tomando decisiones sobre el manejo de los ingresos de la firma. “Nunca habíamos atravesado hechos de esta magnitud en nuestra relación laboral”, remarcaron desde la conducción de la empresa.

En paralelo, la láctea atraviesa una situación de estrés financiero vinculada a la caída del precio de la leche, el aumento de los costos y las elevadas tasas de interés, lo que derivó en atrasos en el pago de los salarios de julio. La firma aseguró haber cancelado entre un 85% y un 90% de la deuda pendiente, aunque aún resta un saldo por saldar. Sobre las medidas gremiales, que incluyeron paros y bloqueos, la empresa advirtió que “parar la operativa no soluciona nada; solo genera más problemas”.

Desde Atilra, en tanto, negaron que haya existido violencia hacia los directivos y señalaron que “la situación de La Suipachense está generada por dos conflictos: el primero, deben salarios; no le pagan a la gente, y el segundo ha sido por el despido de una docena de empleados administrativos, que los responsabilizan de haber depositado parte de los sueldos adeudados en sus cuentas el cuarto día hábil del mes”. Según el gremio, esto habría desatado un nuevo conflicto y justificado “el despido de estos trabajadores invocando una causa falsa. Hoy está casi todo el personal en huelga”.

El enfrentamiento repercutió directamente en la actividad de la planta, que redujo a la mitad su nivel de procesamiento de leche, pasando de 4 millones de litros mensuales a poco más de 2 millones. La compañía, que cuenta con 143 trabajadores y una presencia exclusiva en el mercado interno, había captado entre el 2,5% y 3% del segmento de leche fluida en sachet y UAT. “La caída no solo implica perder escala, también afecta la confianza de tamberos y proveedores. En esta cadena, la previsibilidad es clave”, advirtieron desde la firma.

Para intentar recuperar el orden, La Suipachense designó a Pascual Bensadón como nuevo director general, con la misión de normalizar la actividad. “Queremos que el gremio cumpla su rol y la empresa el suyo. Lo sucedido excede un conflicto salarial: es un tema de respeto e institucionalidad”, concluyeron desde la compañía, al tiempo que insistieron en que lo ocurrido trasciende lo estrictamente laboral: “Estamos hablando de seguridad personal, con amenazas a expatriados y sus familias. Es una situación que alarma a cualquier inversor extranjero”.