El conflicto en el sector aeronáutico argentino se intensifica con la reciente decisión del gremio estatal de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de convocar un paro general en todos los aeropuertos del país para este jueves. La medida afecta directamente a la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), que regula y gestiona servicios esenciales como sanidad y bomberos en las terminales aéreas. Rodolfo Aguiar, líder sindical de ATE, justificó la protesta argumentando que las políticas del presidente Javier Milei están detrás de la decisión, al tiempo que los gremios aeronáuticos ya venían realizando paros y asambleas que habían generado cancelaciones y demoras en vuelos.
La medida de fuerza de ATE se llevará a cabo en dos franjas horarias: de 6 a 12 y de 17 a 22, afectando a 27 aeropuertos en todo el país. Marcelo Belelli, secretario general de ATE en la ANAC, detalló que el paro impactará en los servicios administrativos y operativos, incluyendo la extinción de incendios y el control terrestre, lo cual podría paralizar efectivamente los aeropuertos durante los períodos de la protesta. Belelli afirmó que la medida se mantiene firme y no ha habido hasta el momento convocatorias de diálogo por parte del Gobierno.
El Gobierno, por su parte, está evaluando la posibilidad de imponer una conciliación obligatoria debido al impacto potencial del paro en la operación de los vuelos. Según fuentes oficiales, la ANAC se encuentra dentro del esquema de servicios esenciales, lo que permitiría al Gobierno aplicar sanciones severas a los empleados que impidan el funcionamiento normal. A pesar de la declaración de esencialidad del transporte aerocomercial, la intervención de ATE representa un nuevo desafío para la administración actual.
En un contexto de creciente conflicto, la tensión también se ha visto reflejada en otras áreas del sector aeronáutico. Entre el viernes y el sábado pasados, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación de Aeronavegantes (AAA) llevaron a cabo un paro de 24 horas en Aerolíneas Argentinas, lo que resultó en la cancelación de más de 300 vuelos y afectó a aproximadamente 37.000 pasajeros. Además, la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) organizó asambleas en distintos aeropuertos, generando demoras adicionales.
La situación se complica aún más con la reciente implementación del decreto 825/24, que declara la esencialidad del transporte comercial y estipula que las medidas de fuerza deben ser notificadas con un mínimo de cinco días de antelación. Sin embargo, los gremios aeronáuticos han amenazado con continuar sus protestas y han criticado duramente al Gobierno por considerar que la esencialidad del servicio es una medida arbitraria e ilegal. A la par, el Gobierno ha avanzado en la habilitación de Flybondi para ofrecer servicios de rampa a otras aerolíneas, en un intento por incrementar la competencia y reducir la dependencia de la empresa estatal Intercargo.
Con el panorama en constante evolución y las medidas de fuerza anunciadas para los próximos días, la situación en el sector aeronáutico argentino sigue siendo incierta, mientras tanto, los pasajeros enfrentan la posibilidad de nuevas cancelaciones y demoras en sus vuelos.