En una entrevista concedida al diario El País de España, Alberto Fernández, expresidente de Argentina, abordó por primera vez de manera pública las acusaciones de violencia de género realizadas por su exesposa, Fabiola Yañez. En la conversación, Fernández no solo negó haber golpeado a Yañez, sino que insinuó que la denuncia en su contra podría haber sido “incentivada” por terceros. Además, deslizó la posibilidad de que hubiera intereses económicos detrás de las acusaciones.
Fernández adoptó una postura defensiva a lo largo de la entrevista, en la que también sugirió haber sido víctima en la relación. “Uno cuando se enoja dice muchas cosas y puede ser ofensivo”, respondió al ser consultado sobre los episodios de violencia denunciados por Yañez. “Si eso fuera así, yo también lo padecí”, agregó, sugiriendo una reciprocidad en los conflictos de la pareja. Esta respuesta fue seguida por una reflexión en la que Fernández evitó ahondar en detalles específicos, argumentando que debía proteger la intimidad de Yañez. “Se me hace muy difícil porque tengo que entrar a explicar otras cosas que directamente se vinculan con su intimidad”, dijo, subrayando su intención de no exponer públicamente la situación personal de su exesposa.
La sospecha sobre un posible trasfondo económico en la denuncia fue otro de los ejes de la defensa de Fernández. En un tramo de la entrevista, recordó una conversación en la que, según él, Yañez le habría expresado su preocupación sobre las consecuencias de no presentar la denuncia. “Ella habló de una oportunidad que tenía y no entendía qué ganaba si no hacía la denuncia”, relató el expresidente. “¿Decime qué gano si no hago la denuncia?”, habría preguntado Yañez, sugiriendo así que la motivación para proceder con las acusaciones podría estar vinculada a beneficios económicos.
Estas declaraciones de Fernández no sorprenden del todo, dado que ya había insinuado estos argumentos en una entrevista previa con Horacio Verbitsky, periodista conocido por haber sido involucrado en el escándalo del vacunatorio VIP. Por su parte, Fabiola Yañez ya había anticipado que se intentaría desvirtuar su denuncia, aludiendo a que sería presentada como “enferma”. La polémica en torno a este caso continúa, mientras las palabras de Fernández generan más interrogantes que respuestas en la opinión pública.
