Este lunes se inauguró en la Argentina la octava edición de Agrievolution Summit 2025, el encuentro internacional más relevante de la industria de la maquinaria agrícola, que por primera vez se realiza en el país. El acto de apertura reunió a autoridades nacionales, empresarios y referentes de 13 países, y dio inicio a tres jornadas de debate sobre mecanización, sostenibilidad y seguridad alimentaria. La cumbre busca proyectar las tendencias y desafíos que marcarán el futuro de la producción agroindustrial a nivel global.
El secretario general de Agrievolution, Charlie O’Brien, abrió oficialmente el encuentro y destacó la magnitud de la convocatoria: “Es inspirador ver un grupo tan diverso de líderes del gobierno, de la industria, de la economía, del sector académico y sobre todo de la comunidad de productores”. O’Brien recordó que la alianza que representa reúne a organizaciones estratégicas de toda la cadena de valor y subrayó la importancia de generar un diálogo abierto sobre innovación y políticas públicas: “Defendemos el rol de la mecanización en la agricultura sostenible para el futuro de la alimentación. El diálogo es vital y su participación lo hace aún más potente”.
Por su parte, Alessandro Malavolti, CEO de AMA y presidente de Agrievolution, remarcó la relevancia de la experiencia argentina como sede: “Aquí en Argentina, la agricultura es más que una industria, es parte de la identidad nacional. Desde prácticas de agricultura de conservación y ser pionera en ello, hasta avances en mecanización y agricultura de precisión, Argentina representa un telón de fondo para nuestros debates”. Al mismo tiempo, planteó la necesidad de mirar hacia el futuro frente a un mundo que superará los 9 mil millones de habitantes en 2025: “Alimentar a esa población de forma segura, sustentable y redituable requiere innovación, colaboración e inversión. La mecanización y las tecnologías de precisión no son lujos, son necesarias para afrontar este desafío”.
En representación de la industria nacional, Enrique Bertini, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), advirtió sobre la fragilidad de los suelos cultivables y su vínculo directo con la seguridad alimentaria mundial. Recordó que solo el 3% de la superficie terrestre es cultivable y enfatizó: “Esa pequeña franja es la que sostiene la vida de más de 8 mil millones de personas”. Bertini también alertó sobre el impacto del cambio climático y señaló: “Cuando se degrada, el suelo pasa de ser un aliado contra el cambio climático a convertirse en víctima y fuente de gases, liberando carbono, metano y óxido nitroso”.
En la misma línea, retomó palabras del Papa Francisco en la encíclica Laudato si’: “El modo en que tratamos la naturaleza refleja el modo en que tratamos la vida misma”. Y vinculó el compromiso del sector con la sostenibilidad: “Los fabricantes de maquinaria agrícola somos responsables de asistir técnicamente a los productores, haciendo más eficiente la producción y resguardando el planeta”.
Desde el Gobierno, el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, celebró la realización de la cumbre en Argentina y destacó el rol del sector privado en el desarrollo tecnológico: “Valoramos el esfuerzo y el trabajo de los fabricantes de maquinaria agrícola y de quienes desarrollan tecnología. Es lo que nos permite producir más y mejores alimentos, que es al fin del día para lo que trabajamos”. Además, invitó a continuar compartiendo experiencias y conocimientos para fortalecer la competitividad de la producción local, aunque reconoció que el país atraviesa “un proceso electoral que genera cierto movimiento”.
El financiamiento también ocupó un lugar central en la apertura. El presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, entidad que actúa como main sponsor del evento, aseguró que desde la institución se está impulsando al sector con líneas de crédito específicas: “Estamos absolutamente convencidos de que es fundamental el insumo del crédito”.
Con estas intervenciones, la Agrievolution Summit 2025 abrió sus puertas en Buenos Aires como un espacio clave para debatir los desafíos de la agricultura del futuro, donde la innovación tecnológica, la sostenibilidad y la cooperación internacional aparecen como ejes imprescindibles para garantizar la seguridad alimentaria global.