Escándalo en el oficialismo: crece la presión sobre “Lule” Menem por los audios y posibles vínculos con empresarios

El Gobierno de Javier Milei atraviesa una crisis política y judicial que amenaza con profundizarse en plena campaña electoral. Eduardo “Lule” Menem, subsecretario de Gestión Institucional de la Presidencia y considerado el principal colaborador de Karina Milei, quedó en el centro de la polémica tras la difusión de audios que lo vinculan con supuestos pedidos de sobornos. En las últimas horas, comenzaron a circular versiones sobre un posible video en el que se lo vería manejando un auto de lujo junto a uno de los empresarios investigados por presuntas coimas.

Desde el oficialismo intentaron llevar calma, aunque sin dar certezas. Consultada por Clarín, una alta fuente del Gobierno respondió sobre su eventual desplazamiento: “No. Por ahora, al menos”. La frase reflejó la tensión que atraviesa la Casa Rosada, en contraste con la actitud más firme que el mismo funcionario había mostrado frente a rumores que afectaban al ministro de Salud, Mario Lugones. El clima de inestabilidad se instaló desde que salieron a la luz los audios atribuidos a Diego Spagnuolo, exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), en los que se mencionan a Menem y a Karina Milei como posibles receptores de sobornos de la droguería Suizo Argentina, proveedora del organismo.

En lo formal, Menem ocupa un cargo secundario en la Presidencia, pero en la práctica se lo reconoce como la mano derecha de Karina Milei. Su eventual salida tendría impacto directo sobre la hermana del Presidente. Además de la investigación actual, “Lule” ya había sido señalado en denuncias por supuestas maniobras irregulares en dependencias como el PAMI y la ANSeS, así como en presuntos vínculos con contrataciones en el Banco Nación a través de empresas tercerizadas.

La difusión de los audios desató un verdadero terremoto. La Justicia abrió una causa impulsada por el abogado de Cristina Kirchner, Gregorio Dalbón, que derivó en allanamientos, prohibiciones de salida del país para los implicados y bloqueos a cajas de seguridad. El Gobierno reaccionó desplazando a Spagnuolo, pero la medida no detuvo la crisis. El exfuncionario rechazó incluso al abogado propuesto por la Casa Rosada, lo que alimenta las dudas sobre si podría convertirse en imputado colaborador.

En paralelo, surgieron sospechas de que las grabaciones estarían ligadas al espionaje vinculado al kirchnerismo. El periodista Carlos Pagni mencionó al empresario y abogado Franco Bindi, aunque este negó cualquier participación. La situación se tensó aún más cuando la diputada Marcela Pagano, esposa de Bindi, abandonó el bloque libertario y publicó una carta donde advirtió al Presidente sobre la corrupción y la “lacra” que lo rodea, en clara alusión a los Menem.

La interna libertaria también salió a la luz. En la SIDE, dirigida por Sergio Neiffert, hombre cercano a Santiago Caputo, surgieron reproches por la falta de reacción ante el avance del caso. “Sabe que si hace algo así se tiene que ir del Gobierno”, deslizó una fuente cercana al asesor, tratando de desvincularlo de las grabaciones. La puja entre los hombres de Caputo y el sector de Karina Milei y los Menem es cada vez más evidente.

Todo ocurre a menos de dos semanas de una elección clave en la provincia de Buenos Aires y en un contexto económico delicado. El dólar subió más de 30 pesos y el riesgo país superó los 800 puntos. En medio de las versiones, el propio Presidente evita hablar del tema, mientras en el oficialismo crece la preocupación por el impacto político y financiero de la crisis.