JP Morgan reduce exposición en pesos y enciende alarmas por el futuro cambiario de la Argentina

Las señales de advertencia que venía emitiendo el mercado en torno al frente cambiario y financiero argentino desembocaron este viernes en una sorpresiva decisión de JP Morgan. El gigante bancario estadounidense recomendó a sus clientes “dar un paso atrás” y comenzó a desarmar posiciones en pesos, especialmente en letras de capitalización (LECAP) con vencimiento a 50 días. La decisión refleja un giro en su estrategia sobre la economía local y evidencia crecientes preocupaciones en Wall Street por la estabilidad del tipo de cambio y la evolución de las reservas del Banco Central.

“Mantenemos una visión constructiva sobre las perspectivas de mediano plazo de Argentina, considerando la desinflación y el avance fiscal. Sin embargo, con el pico de ingresos agrícolas ya atrás, la probabilidad de salidas continuas por turismo, posibles ruidos electorales y cierto bajo rendimiento del peso que motivó intervenciones cambiarias en el dólar futuro, preferimos dar un paso atrás y esperar mejores niveles de entrada para volver a posicionarnos”, expresó la entidad en un informe titulado “Tomándose un respiro”. El cambio marca una diferencia sustancial respecto de abril, cuando, tras el anuncio de flotación del tipo de cambio, el banco había alentado a sus inversores a apostar por el “carry trade” en pesos.

En abril, JP Morgan había recomendado vender dólares y apostar por instrumentos en pesos con vencimientos en 2025, en un contexto en el que el gobierno preveía una estabilidad cambiaria con un techo de $1.400 y reservas en aumento. Esa visión optimista se sostenía en los flujos positivos del agro y en una liquidez de pesos controlada. Pero las condiciones cambiaron rápidamente: en las últimas semanas, la apreciación del tipo de cambio comenzó a generar dudas, mientras que el flujo de divisas se desaceleró y la intervención oficial en el mercado de futuros sumó más incertidumbre.

El informe señala al peso argentino como “una de las monedas de peor desempeño en mercados emergentes en los últimos dos meses”, y advierte sobre el impacto de factores externos e internos: “ruidos electorales”, un déficit de cuenta corriente superior al previsto para 2025 (estimado en 2% del PBI), y el fin de la baja de retenciones a la soja, lo que podría afectar el ingreso de divisas. Además, se menciona la intervención del Gobierno en el mercado de dólar futuro por casi US$ 2.000 millones y la reciente decisión de MSCI de no incluir a la Argentina en su zona de potencial recalificación como factores que afectan la percepción de riesgo país.

A pesar de esta postura más cautelosa en el corto plazo, JP Morgan mantiene una mirada optimista hacia adelante. Confía en que la continuidad del proceso de desinflación —con una inflación por debajo del 2% en mayo— y el superávit fiscal primario acumulado del 0,8% del PBI hasta el mismo mes, contribuirán a estabilizar la economía. “Con la estacionalidad positiva llegando a su fin y las elecciones acercándose, preferimos tomar ganancias y esperar mejores niveles de entrada para reanudar operaciones alcistas en los mercados locales”, concluyó la entidad financiera, al tiempo que advirtió sobre el contexto internacional. Su CEO, Jamie Dimon, alertó recientemente que “van a ver una crisis en el mercado de bonos”, lo que podría golpear a economías emergentes como la argentina.