En las últimas semanas, el Gobierno logró mejorar una situación política que parecía complicada tras las primeras elecciones del año. Hace poco más de un mes, el PRO quedó relegado al tercer lugar en la votación porteña, un dato que afectó a Javier Milei, quien identifica a ese partido como su aliado más tóxico. Por otro lado, Cristina Kirchner, principal figura de la oposición y del peronismo en los últimos 50 años, enfrenta un proceso judicial que la mantiene detenida por corrupción y envuelta en discusiones sobre su régimen de arresto domiciliario. Sin embargo, desde la Casa Rosada advierten que el panorama político sigue siendo complejo. “Los meses que quedan hasta la elección de octubre van a ser difíciles. El kirchnerismo va a tratar de complicarnos en el Congreso con temas que nos hagan más duro mantener el superávit fiscal”, reconoció un funcionario con acceso directo al presidente Milei.
El Ejecutivo pone especial atención en dos proyectos legislativos que podrían golpear sus objetivos económicos. El primero es el aumento en los haberes jubilatorios, que propone un incremento del 16,4% para quienes cobran el haber mínimo y del 7,2% para los que perciben montos superiores. El segundo apunta a elevar el presupuesto destinado al área de discapacidad, con un impacto fiscal estimado por la Oficina de Presupuesto del Congreso de entre 0,22 y 0,42 puntos del Producto Bruto Interno (PBI). Ambos proyectos ya cuentan con media sanción en Diputados y la oposición busca acelerar su tratamiento en el Senado. Para el Gobierno, vetar estas leyes resulta complicado, ya que son iniciativas populares orientadas a mejorar recursos para jubilados y personas con discapacidad. Pero, si el presidente Milei decide frenar estas normas, la dificultad estará en conseguir el respaldo de un tercio de legisladores para sostener ese veto. “Nuestra pelea con (Mauricio) Macri nos puede complicar bastante para sostener el veto del Presidente al aumento de jubilaciones, porque ahí el PRO votó dividido”, reconoció un operador legislativo oficialista.
Desde el punto de vista económico, el Ministerio de Economía estima que la suba jubilatoria propuesta costaría al menos un 0,7% del PBI, un dato que preocupa a los mercados financieros. El viernes pasado, con estas leyes aún sin sanción, el Riesgo País cerró en 720 puntos, muy lejos del umbral de 400 puntos que consideran necesario para que el Gobierno pueda volver a financiarse en el exterior con tasas sostenibles. En el plano legislativo, el oficialismo da por sentado que la oposición logrará vencer la resistencia y habilitar el debate en el Senado, donde la clave será si consiguen los dos tercios para tratar la ley sin pasar por comisión. Si eso ocurre, el veto presidencial dependerá de armar un tercio firme en Diputados, algo complejo porque sólo 67 legisladores rechazaron el aumento, y se necesitan al menos 86 para mantenerlo. El Gobierno sólo podrá revertir esta situación si logra convencer a algunos que se abstuvieron o faltaron, lo que se presenta difícil en plena campaña electoral.
En el entorno más cercano a Milei, reconocen que a pesar del proceso judicial y las tensiones internas, Cristina Kirchner conserva un poder político considerable. “Es probable que sea la última vez que arme las listas de candidatos por el peronismo, pero hay que reconocerle que en estos dos años logró mantener unidos los dos bloques en el Senado y Diputados. Eso puede cambiar después de la elección, pero hasta ahora sigue igual”, afirmó un dirigente oficialista. Ese poder de fuego de la ex presidenta mantiene en alerta al Gobierno, más allá de las declaraciones triunfalistas que se escucharon en los últimos días desde la Casa Rosada.