Hernán Lacunza, exministro de Economía durante el final del gobierno de Mauricio Macri, celebró públicamente el anuncio del presidente Javier Milei de levantar el cepo cambiario a partir del lunes. En un mensaje publicado en su cuenta de X (ex Twitter), Lacunza valoró el fin de una medida que, según explicó, fue adoptada en septiembre de 2019 como un recurso extremo ante una crisis financiera. “Tras 2.049 días, por fin se levanta el cepo”, escribió, y felicitó al actual ministro de Economía, Luis Caputo, y al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, por la decisión.
Lacunza justificó su propia decisión de haber reinstalado las restricciones cambiarias el 2 de septiembre de 2019 utilizando una metáfora médica. “Por la misma razón que un emergentólogo le aplica un torniquete y no un anticoagulante a un paciente desangrándose”, explicó. En ese momento, el país atravesaba un fuerte deterioro económico y una corrida cambiaria tras la derrota electoral del oficialismo en las PASO. Según el economista, “era cepo o corralito”. Y agregó: “Con ahorristas huyendo del peso, rumores de elecciones anticipadas y dólar desanclado, las reservas disponibles no alcanzaban para depositantes y tenedores de pesos”.
El extitular de Hacienda destacó que el cepo es una medida de excepción y que su permanencia en el tiempo tiene consecuencias negativas sobre la economía. “El cepo, como el torniquete, es una anormalidad. Su persistencia genera trombosis a la inversión y al crecimiento”, afirmó. También señaló que su eliminación “es una decisión diaria” y recordó que se sostuvo durante el último tramo del gobierno de Macri, la gestión completa de Alberto Fernández y buena parte del mandato de Milei. “Se ve que, como aquel día y hasta ayer, ninguno juzgó prudente levantarlo, por temor a un mal mayor (hiperinflación, corralito)”, señaló.
Además de felicitar al equipo económico actual por considerar que se logró el equilibrio necesario para avanzar en la liberalización del mercado de cambios, Lacunza pidió que esta herramienta no vuelva a ser necesaria en el futuro. “No porque lo diga una norma inocua o una promesa vacía, sino porque tengamos moneda y estabilidad. Y que la política económica pueda dedicarse a idear goles, no atajadas”, sostuvo.
Finalmente, el economista también valoró el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y reconoció que habrá desafíos inmediatos, como una posible suba de la inflación, aunque aseguró que la apuesta apunta al largo plazo. “No hay opción gratis”, advirtió. Para Lacunza, lo que está en juego son los “costos inmediatos de cambiar algo” frente a los “riesgos mediatos de no hacer nada”. En su análisis, el nuevo rumbo económico resuelve dilemas clave: “Cambiar porque no se podía seguir así, reservas cayendo, brecha subiendo, octubre lejos”, resumió.