Scott Bessent asume con un plan económico para evitar el colapso fiscal en EE.UU.

El nuevo secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha delineado un ambicioso plan económico conocido como “3/3/3”, que comenzará a implementarse de inmediato. Su objetivo principal es enfrentar el alarmante nivel de endeudamiento público, que asciende a 35 billones de dólares, superando en 10 billones el Producto Bruto Interno (PBI) del país. Este programa incluye tres metas claves: reducir el déficit fiscal, acelerar el crecimiento económico y aumentar la producción energética.

Según Bessent, el problema de la deuda es central, ya que el pago de los intereses, que se sitúan en un 4% anual, representa un gasto superior al de las obligaciones sociales como jubilaciones y salud pública. “Si EE.UU. duplica su tasa de interés, enfrentará una situación de virtual default que impactará directamente en el valor del dólar”, explicó. Para mitigar esta amenaza, planea recortar el déficit fiscal del 6% al 3% del PBI para 2028, promover un crecimiento económico sostenido del 3% anual a partir de 2025 y aumentar la producción energética en 3 millones de barriles diarios o su equivalente.

Una de las propuestas más innovadoras de Bessent es la implementación de un “Nuevo Bretton Woods”, un acuerdo global que permita un realineamiento de las monedas internacionales, liderado por el dólar. Este ajuste incluiría una devaluación estratégica de la moneda estadounidense para fomentar las exportaciones y reducir la brecha comercial, actualmente la mayor entre las superpotencias. “El dólar fuerte impide exportar y limita la extraordinaria capacidad productiva de la economía norteamericana, pero también es clave para sostener nuestra creciente deuda”, señaló.

El éxito de esta estrategia dependerá, en gran medida, de la cooperación con China, el principal mercado de consumo global. La clase media china, compuesta por más de 500 millones de personas con ingresos comparables a los de EE.UU., representa un destino esencial para los productos estadounidenses. Bessent considera inevitable un acuerdo bilateral, subrayando que “en una guerra comercial prolongada, todos pierden, incluida nuestra nación”. Con apenas cuatro años restantes del mandato de Donald Trump, el tiempo apremia para tomar decisiones que evitarían una crisis fiscal de proporciones globales.

Este momento histórico pone a la dupla Trump-Bessent en el centro de las decisiones económicas más trascendentes de los últimos tiempos. Mientras el mundo observa con atención, Estados Unidos busca redefinir su posición económica y su relación con el resto del planeta.