En los últimos días, el dólar paralelo ha experimentado un repunte inesperado, lo que ha llevado a que la brecha cambiaria, que había mostrado signos de desvanecerse, vuelva a colocarse en niveles cercanos al 10%. A pesar de este aumento en la volatilidad del mercado cambiario, el dólar blue cerró la semana con una baja y terminó en los $1.160. Este resurgimiento del tipo de cambio paralelo se ha visto impulsado por diversos factores, tanto locales como internacionales, que han reavivado las tensiones en el mercado de divisas.
Según analistas de la City, los elementos externos, como la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir las tasas de interés, han agitado los mercados emergentes y exacerbado las presiones cambiarias en países como Brasil. La depreciación del real, que alcanzó un 4% la semana pasada, ha tenido un efecto dominó sobre el peso argentino. “La situación del dólar comercial sin dudas hizo un aporte al reciente desenlace alcista de los dólares financieros”, indicaron desde la consultora LCG, señalando que la reducción de la brecha cambiaria en el pasado alimentó la especulación sobre una posible suba de la misma, lo que a su vez incrementó el valor esperado de los dólares financieros.
Por otro lado, Nery Persichini, economista de GMA Capital, explicó que el aumento del “contado con liqui” y la volatilidad financiera no alteran los fundamentos de la economía argentina. Sin embargo, destacó que la fortaleza del dólar a nivel global y la crisis económica en Brasil, principal socio comercial de Argentina, complican el panorama externo para el próximo año. “El ruido en otras latitudes y el desarme de algunas posiciones locales llevaron a que el ‘contado con liqui’ escalara cerca de un 10% en la semana”, comentó Persichini, refiriéndose a cómo la incertidumbre externa ha impactado en el mercado local.
A pesar de estos factores de riesgo, desde la City sostienen que la economía argentina tiene una base sólida que podría permitirle sortear los últimos días de 2024 sin mayores sobresaltos cambiarios. “La suba de los dólares financieros obligó al gobierno a intervenir para moderar la tendencia. Sin embargo, los datos macroeconómicos, como la actividad económica, la balanza comercial, los salarios reales y el superávit financiero del gobierno, siguen indicando un cierre de año positivo”, afirmaron desde Delphos. Estos factores, junto con la expectativa de un crecimiento económico de entre 5% y 6,5% para el año que viene, brindan un panorama relativamente optimista en medio de las turbulencias cambiarias actuales.