Expectativas por el fin del cepo al dólar: claves económicas y políticas detrás de la decisión

El 15 de febrero de 2025 emerge como una fecha crucial en el calendario económico argentino. Según fuentes privadas con acceso al círculo más cercano al Gobierno, el presidente Javier Milei podría flexibilizar o incluso eliminar los controles de capitales antes de esa fecha. “Lo que hay que mirar es si el Gobierno logra aprobar la reforma electoral y elimina las PASO”, señalaron las fuentes. De concretarse este cambio, el calendario político podría extenderse, posponiendo cualquier medida económica significativa hasta después de las elecciones generales en octubre.

La posibilidad de levantar el cepo al dólar genera expectativas en el sector privado, sobre todo en un contexto donde la brecha cambiaria ha alcanzado mínimos históricos. Sin embargo, el Gobierno avanza con cautela para evitar un impacto inflacionario, como el experimentado en la gestión de Mauricio Macri tras eliminar restricciones cambiarias. Las condiciones que Milei consideraría esenciales para esta decisión incluyen la estabilización de la inflación al nivel de la tasa de devaluación, la acumulación de reservas en el Banco Central y un repunte en la demanda de pesos para actividades productivas.

El levantamiento del cepo contaría con el respaldo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI), con un posible desembolso de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. Sin embargo, el apoyo del organismo depende principalmente de Estados Unidos, que posee un 16,49% de los votos en el directorio del FMI, suficiente para ejercer poder de veto. “Los europeos delegaron y van a acompañar lo que haga EE.UU.”, indicaron las fuentes, subrayando que los tiempos para la aprobación del financiamiento podrían extenderse debido al reciente cambio de administración en ese país.

A pesar de estas perspectivas, el éxodo de empresas extranjeras continúa, un fenómeno que comenzó durante el gobierno de Alberto Fernández pero se consolida bajo la gestión de Milei. Entre las firmas que han dejado el país se encuentran ExxonMobil, HSBC, Prudential y Procter & Gamble, cuyos activos fueron adquiridos por empresas argentinas. “Lo que vemos ahora es el reflejo de decisiones que se tomaron hace 4 o 5 años. Para que las políticas de Milei impulsen el regreso de estas empresas o la llegada de nuevas, podrían pasar entre 7 y 8 años”, explicó un representante de empresas internacionales.

Este cambio en la estructura empresarial marca un fenómeno inverso al de la crisis de 2001-2002, cuando los dueños locales vendían sus negocios en un proceso de extranjerización. Ahora, la adquisición de activos por parte de compañías argentinas podría sentar las bases para una nueva etapa de normalización económica, siempre y cuando se respete un marco de reglas claras y estables.