La historia de Gilera en Argentina se remonta a 1953, cuando, durante el segundo gobierno de Juan Domingo Perón, la marca italiana fundada por Giuseppe Gilera instaló su fábrica en Spegazzini, provincia de Buenos Aires. Con una destacada trayectoria en campeonatos mundiales de motociclismo, Gilera comenzó a producir localmente en 1962, alcanzando una integración total de piezas en cuatro modelos y empleando a 500 operarios. Sin embargo, problemas financieros llevaron a la estatización de la compañía, hasta que fue privatizada en 1978, momento en que los empresarios Alfredo Vacas y Pascual Caruso la transformaron en una empresa familiar.
Actualmente, la firma tiene una participación de mercado del 10% y produce más de 50.000 motocicletas al año en su planta de Spegazzini, incluyendo las marcas Voge y Hero. Ramiro Di Liscia, director de la compañía y nieto de Alfredo Vacas, explicó que entre el 10% y el 12% de cada moto incluye piezas nacionales: “Depende del modelo de moto; puede haber componentes plásticos, metalmecánicos o electrónicos”. Este enfoque hacia la producción local se fortaleció con la finalización de un plan de inversiones de 18 millones de dólares en la planta bonaerense.
Las mejoras incluyeron tecnología avanzada típica de la industria automotriz, como robótica colaborativa, inteligencia artificial y automatización. También se instaló un sistema de paneles solares que garantiza el autoabastecimiento energético. Según Di Liscia, estas inversiones permitirán duplicar la capacidad productiva de la planta: “A partir del primer trimestre del año que viene vamos a poder ver los resultados comerciales de ese aumento de capacidad”.
En paralelo, Gilera presentó la renovación de 12 modelos, destacándose la Smash Full, una de las motocicletas más vendidas en el país, ahora con un diseño frontal completamente nuevo. La apuesta de la compañía, sin embargo, no se limita al mercado nacional. Di Liscia mencionó que, aunque las motos en Argentina contienen hasta un 90% de piezas importadas, la empresa está preparada para competir en un mercado más abierto: “Ya pagamos 0% de aranceles porque integramos componentes locales, y si llega un nuevo competidor, estaremos compitiendo perfectamente”.
Con un mercado en crecimiento y acceso mejorado a financiamiento, Gilera encara el futuro con una estructura fortalecida y un enfoque en la innovación. “Hoy estamos en una situación muy sana, proyectando crecimiento de ventas. Por supuesto, el día que no haya más cepo, eso mejorará los costos”, concluyó Di Liscia.