Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte durante el kirchnerismo, se entregó esta mañana en los tribunales de Comodoro Py para cumplir una condena de seis años de prisión en relación con la tragedia ferroviaria de Once, en la que fallecieron 51 personas en 2012. Jaime llegó a los tribunales en cumplimiento de la orden emitida el jueves pasado por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2, que le dio un plazo de tres días hábiles para presentarse y cumplir su sentencia. “Corresponde proceder con la ejecución de esa condena firme”, había indicado el juez Rodrigo Giménez Uriburu en su resolución, aludiendo a la pena que quedó firme luego de la reciente ratificación de la Corte Suprema.
La condena de Jaime fue por ser considerado “partícipe necesario del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública”. La Corte Suprema de Justicia dejó firme esta condena junto con otras penas que pesan sobre el ex funcionario, entre las cuales se destacan los seis años de prisión e inhabilitación especial perpetua por su responsabilidad en el accidente ferroviario. Jaime, quien ya había pasado casi siete años en prisión antes de recuperar su libertad en marzo de 2023, deberá cumplir ahora el tiempo restante de su pena en una dependencia del Servicio Penitenciario Federal. Esta decisión cierra uno de los procesos judiciales más emblemáticos de la década, asociado a la corrupción y negligencia en el manejo del sistema ferroviario.
Jaime, quien fuera uno de los primeros funcionarios del kirchnerismo en ser detenido, tiene 70 años, edad a partir de la cual podría solicitar prisión domiciliaria, lo que su defensa no descarta. El ex secretario de Transporte también ha acumulado una serie de condenas adicionales que incluyen robo de documentación, recepción de dádivas y enriquecimiento ilícito, lo que le valió otra sentencia de ocho años de prisión. En total, son seis las condenas que enfrenta Jaime, quien mantiene además una lista de procesos abiertos en la justicia. Desde que recuperó su libertad en marzo del 2023, fijó su residencia en Córdoba, donde vivía hasta su entrega de hoy. La tragedia de Once, cuya sentencia condenó a 21 de los 28 acusados, sigue siendo un caso paradigmático de corrupción y negligencia estatal que derivó en la pérdida de vidas y en el colapso de un sistema ferroviario que, hasta hoy, busca recuperarse de sus secuelas.