El presidente Javier Milei desató una nueva controversia este sábado al insinuar que el senador radical Martín Lousteau podría estar vinculado con el ataque al Comité Nacional de la UCR. La acusación, lanzada en redes sociales con un tono irónico, fue en respuesta al ingreso violento de desconocidos a las oficinas del partido radical, ubicadas cerca del Congreso de la Nación. “Tremenda casualidad”, escribió Milei, en referencia a que el hecho ocurre “justo cuando la UBA se niega a que le hagan auditorías”. La relación entre el mandatario y Lousteau se ha vuelto cada vez más tensa, sobre todo por los cuestionamientos de Milei respecto al financiamiento de las universidades públicas.
Según Milei, Lousteau, al que se refiere como “el 125” en alusión a su rol en el conflicto por la Resolución 125 en 2008, podría tener intereses ocultos en el episodio. “Justo cuando la UBA se niega a que le hagan las auditorías, a 125 le entran en la oficina a destruir evidencia que podría tener la marca de sus dedos”, escribió el presidente en un posteo en X, la red social en la que suele pronunciarse sobre temas políticos. Los señalamientos del mandatario generaron reacciones tanto dentro del radicalismo como en distintos sectores de la política nacional, donde el acto fue visto como un intento de intimidación.
El ataque, que tuvo lugar a las 1:30 de la madrugada del sábado, consistió en la entrada de un grupo de desconocidos al edificio de la UCR en la calle Alsina. Durante el incidente, se forzaron puertas, se destrozaron muebles y computadoras y se revolvieron carpetas, sin que se reportara el robo de ningún objeto de valor. Los radicales lo calificaron como “una intimidación” y presentaron una denuncia ante la justicia. “No robaron nada, dejaron las laptops tiradas, rompieron puertas y armarios, y hasta la caja fuerte antigua. Fue una intimidación”, comentaron fuentes del partido. En un video difundido por la UCR se puede ver el estado de la oficina, con computadoras y documentos esparcidos en el suelo, reflejando la gravedad del acto para los dirigentes radicales, quienes aseguran que no se recuerda un episodio similar en democracia.