El presidente Javier Milei afirmó este fin de semana en una entrevista que la pobreza en Argentina ha disminuido en “8 puntos porcentuales”, un descenso que calificó de “abrupto” en comparación con las tendencias recientes. Milei se basó en estimaciones de economistas del sector privado, quienes observan una disminución respecto al pico de la primera parte del año, aunque el próximo índice oficial del INDEC se publicará en marzo de 2025. El último dato de pobreza, correspondiente al primer semestre de 2024, había marcado un incremento del 52,9%, un salto de 11 puntos en comparación con el segundo semestre de 2023, atribuible a la aceleración de la inflación y la caída de ingresos en sectores informales.
La inflación acumulada en los primeros nueve meses del año alcanzó el 101%, impactando en el aumento de la pobreza en un contexto de menor actividad económica. No obstante, la reciente desaceleración inflacionaria brinda esperanzas de estabilidad en las cifras de pobreza. En septiembre, el Índice de Precios al Consumidor registró un 3,5%, la cifra más baja en tres años, lo que podría aliviar los índices de pobreza y ayudar a estabilizar la economía, según coinciden los analistas. “La baja de la inflación va a provocar una baja tanto de la indigencia como de la pobreza, sin lugar a dudas”, explicó Leopoldo Tornarolli, economista de CEDLAS y la Universidad Nacional de La Plata. “En los últimos meses, el aumento de la Canasta Básica Alimentaria y la Canasta Básica Total fue por debajo de la inflación”, añadió.
Otros estudiosos, como Martín Rozada, director de la Maestría en Econometría de la Universidad Di Tella, realizaron estimaciones que indican una reducción gradual de la pobreza. “Podemos estimar que entre abril y septiembre, la pobreza se ubica en un 49,7%. El pico más alto se registró en el primer trimestre y fue cediendo a medida que disminuyó la inflación. En el tercer trimestre estaría en un 48,6%”, explicó. Rozada anticipa una leve subida en el cuarto trimestre, debido a factores estacionales, como el impacto del aguinaldo, pero sostiene que la pobreza promedio del segundo semestre podría cerrar por debajo del 50%.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, también prevé que el año termine con menos pobreza que en 2023, aunque advierte que la reducción podría ser limitada por factores estructurales. Salvia señala que, aunque en 2024 la pobreza podría oscilar entre el 45% y el 50%, una baja significativa a mediano plazo requerirá políticas de Estado orientadas a mejorar el capital humano y la adaptación del mercado laboral. “Priorizar la inversión en capital humano para que los jóvenes de estas familias estén preparados para los cambios productivos será crucial”, afirmó. Además, destacó la necesidad de adecuar la reforma laboral para facilitar la inclusión formal de trabajadores en sectores con mayor flexibilidad, como alternativa para enfrentar la pobreza estructural que persiste más allá del crecimiento económico o la mejora de los ingresos.