Luis Caputo, ministro de Economía de Argentina, se reunió este jueves con Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), en la sede del organismo en Washington. Este encuentro, que tuvo lugar durante la cumbre anual del FMI y el Banco Mundial, marca el primer contacto cara a cara entre ambos desde la cumbre del G20 en julio, en Río de Janeiro. La reunión de 30 minutos tuvo como objetivo principal destrabar las negociaciones para un nuevo programa de financiamiento que el gobierno argentino considera crucial en el contexto económico actual.
Un funcionario de la comitiva oficial calificó el encuentro como “muy bueno y constructivo”, subrayando que el FMI seguirá apoyando a Argentina y que están conformes con los resultados hasta ahora alcanzados. Por su parte, Georgieva también se mostró satisfecha con la reunión, destacando que “tenemos un alineamiento en las prioridades” y felicitando a Caputo por haber sido reconocido como el “mejor ministro de Finanzas del año” por la revista Latinfinance. Este galardón, que en el pasado también fue otorgado a Alfonso Prat Gay, se basa en una encuesta realizada a bancos e inversores y refuerza la posición del ministro en la comunidad financiera internacional.
Durante su visita, Caputo se reunió previamente con Gita Gopinath, la número dos del FMI, donde se discutieron aspectos fundamentales del futuro económico del país. El ministro arribó a la sede del Fondo acompañado de varios altos funcionarios, incluido el secretario de Finanzas y el titular del Banco Central. Confirmó que Argentina ha comenzado conversaciones sobre un nuevo programa de financiamiento que podría incluir fondos frescos para el país, aunque el Gobierno aún no ha hecho un pedido formal al FMI. “Estamos analizando con ellos un nuevo programa que podría consolidar lo que estamos haciendo”, explicó Caputo, añadiendo que la inyección de capital podría aliviar la presión sobre las reservas del Banco Central.
A pesar de la actividad en Washington, el gobierno argentino ha mostrado menos urgencia por cerrar un nuevo acuerdo, confiando en la posibilidad de obtener financiamiento de otras fuentes. Actualmente, el equipo económico está negociando un REPO con bancos privados por aproximadamente 3.000 millones de dólares. Adicionalmente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial anunciaron que Argentina recibirá 8.800 millones de dólares en créditos, lo que ha generado una reacción positiva en el mercado local, donde los bonos han experimentado subas significativas.
Sin embargo, el FMI mantiene una postura cautelosa respecto a la situación económica de Argentina, especialmente después de las críticas del presidente Javier Milei al director del departamento para el Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés. La propuesta del organismo de un tipo de cambio “más flexible” y la unificación cambiaria sigue siendo un tema espinoso, ya que el Gobierno teme que cualquier ajuste cambie la dinámica inflacionaria del país. Caputo, optimista, participó también en reuniones con inversores donde enfatizó que no hay prisa por cerrar un acuerdo con el Fondo ni por levantar el cepo cambiario. “Si nos ponen condiciones, podemos no aceptarlo. Si nos dan la plata, vamos más rápido”, afirmó un miembro de la delegación argentina, reflejando el delicado equilibrio que el gobierno busca mantener en sus negociaciones con el FMI.