Antonio Caló, quien lideró la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) durante 18 años y fue secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), cuestionó fuertemente el estado actual del Partido Justicialista (PJ) y la falta de internas abiertas. Caló, desde la sede capitalina de la UOM, donde evitó la cabecera de la mesa en la que conserva fotos con figuras como el Papa Francisco y el Rey Juan Carlos de España, destacó la necesidad de permitir a los afiliados elegir a sus líderes a través del voto directo. “Ya los peronistas estamos cansados de que esto sea a dedo”, sentenció, en alusión al poder centralizado que, según él, ejerce Cristina Kirchner en el partido.
El exlíder gremial recordó su formación bajo la tutela de Lorenzo Miguel, un histórico dirigente de la UOM, y señaló que, a pesar de haber perdido la secretaría general en 2022 frente a Abel Furlán, un dirigente cercano a Máximo Kirchner, no descarta volver a competir. “Si los trabajadores me piden que sea nuevamente, voy a competir como todos”, afirmó. Caló también lamentó la situación de los obreros metalúrgicos, que considera “pobres” bajo el gobierno actual de Javier Milei, y sostuvo que “la estamos pasando mal”, ya que muchos sueldos en el gremio se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
En relación a la actual coyuntura política y gremial, Caló hizo referencia a su experiencia en negociaciones paritarias con empresarios de la talla de Paolo Rocca, CEO del Grupo Techint, y defendió la necesidad de mantener un diálogo constante para lograr mejoras salariales. Asimismo, mencionó su interés en la obra de teatro “El debate”, que recrea un enfrentamiento televisivo entre José Ignacio Rucci, exlíder de la CGT, y Agustín Tosco, exdirigente de Luz y Fuerza. “Es una obra que deberían ver los dirigentes”, comentó, destacando la relevancia de la pieza en el contexto actual del movimiento obrero.
Por otro lado, Caló criticó la falta de acción concreta por parte de la CGT en momentos clave, aunque defendió su ritmo al afirmar que “la CGT tiene sus tiempos y sus momentos para salir a la calle”. Al ser consultado sobre las críticas públicas en el peronismo, el dirigente no dudó en defenderlas siempre que sean constructivas: “Las críticas constructivas tienen que hacerse. Si no, sería una tiranía”, subrayó, en una clara defensa de la necesidad de debates internos para fortalecer las instituciones democráticas tanto en los sindicatos como en el partido.