Algunos de los principales referentes sindicales y del peronismo reaccionaron a la carta abierta de Cristina Kirchner, en la que la exmandataria lanzó duras críticas contra los dirigentes del movimiento, señalando que muchos de ellos se han “torcido y desordenado”. La misiva, publicada en redes sociales, no pasó desapercibida en los sectores sindicales, que rápidamente salieron a responder. Roberto Baradel, uno de los líderes más cercanos al kirchnerismo, se mostró a favor del tono de la carta, destacando su “direccionalidad” y la necesidad de reflexionar sobre el presente del peronismo.
Sin embargo, no todos compartieron esa visión. Pablo Moyano, jefe del sindicato de Camioneros, se mostró en desacuerdo con la forma pública en la que se llevó adelante la autocrítica. “Las cartas de la expresidenta no suman para nada, no suman. Llamen a una reunión del PJ y matémonos ahí adentro, no públicamente”, expresó Moyano en duros términos, dejando claro que el debate debería haberse dado de forma interna. Además, refutó algunas de las críticas de Kirchner, quien había señalado que las estructuras sindicales tradicionales ya no son representativas de la mayoría de los trabajadores. “Cuando habla de la CGT… Que diga nombres porque yo no me voy a hacer cargo. La CGT fue a tribunales y se judicializó lo que fue la reforma laboral”, afirmó Moyano, destacando la lucha de su sector contra las reformas que afectan a los trabajadores.
Otro de los dirigentes que salió al cruce fue Andrés Rodríguez, secretario general de la CGT y líder del principal sindicato de trabajadores estatales. Rodríguez coincidió en la necesidad de hacer una autocrítica, pero también puso el foco en la falta de políticas laborales durante los gobiernos kirchneristas. “Cristina tiene que revisar mejor los números. Hoy, el trabajo formalizado está reducido a la mitad de la población económicamente activa”, indicó Rodríguez, responsabilizando a los gobiernos peronistas de la creciente informalidad laboral. Además, aseguró que “el apoyo a Cristina Kirchner dentro del movimiento peronista no es para nada hegemónico”, y subrayó la necesidad de reordenar el peronismo a través de debates y autocríticas que permitan reconstruir una estructura orgánica sólida.
En medio de las respuestas, los líderes sindicales coincidieron en que el peronismo necesita una profunda reflexión para reorganizarse y enfrentar los desafíos actuales. La carta de Cristina Kirchner parece haber abierto una nueva etapa de tensiones internas, donde la autocrítica será clave para definir el futuro del movimiento.